18/07/2016, 23:47
Anzu rugió de júbilo cuando sintió aquella masa de chakra Raiton que había acumulado y comprimido en su mano impactando contra el vientre de Datsue. Su grito de guerra se mezcló con el chirrido inconfundible de aquella técnica devastadora que sólo quienes habían empezado a entender de verdad la esencia del elemento Rayo eran capaces de ejecutar con tal habilidad. La Yotsuki recordó todos los días que había pasado en el Valle de Unraikyo, ante la estatua de Raijin, entrenando sin descanso para dominar los Mil Pájaros. Y recordó cómo la energía descontrolada de un Chidori a medio formar le había abrasado la mano una y otra, y otra, y otra vez, hasta dejársela en el lamentable estado del que Datsue se había burlado en la fiesta.
—¡Qué ironía, Datsue-san! —gritó la chica, triunfante, mientras veía a su oponente intentar ponerse en pie—. No sé a Yubiwa-sama, pero me da que a tí sí te ha sorprendido mi mano chamuscada.
Alzó el puño diestro con gesto orgulloso, mientras algunas chispas azules y doradas saltaban todavía alrededor. El despliegue de técnicas del combate había sido considerable nada más empezar, y ambos estaban visiblemente determinados a demostrar al otro que se equivocaba.
—¡Oye! ¡Solo para saberlo de antemano! ¿Aquí permitimos los típicos descansos que se dan en un duelo cívico y honorable?
Anzu soltó una carcajada socarrona ante las palabras del Uchiha, y empezó a acercarse a paso tranquilo pero cauto.
—Pensaba que tú no creías en esas tonterías del honor —replicó la kunoichi—. Además, está claro que todavía no te he sacudido lo suficiente como para que cierres esa bocaza tuya durante treinta segundos.
No dejó más tiempo para las palabras. Como la vez anterior, cargó frontalmente contra su oponente. Esta vez amagaría un puñetazo directo a la nariz, un golpe falso destinado únicamente a confundir a su rival. Rápidamente, se movería con un paso hasta colocarse en el flanco de Datsue, tirándole entonces un gancho a las costillas y luego una patada baja que buscaría barrer sus piernas y hacerle caer.
Inventario
—¡Qué ironía, Datsue-san! —gritó la chica, triunfante, mientras veía a su oponente intentar ponerse en pie—. No sé a Yubiwa-sama, pero me da que a tí sí te ha sorprendido mi mano chamuscada.
Alzó el puño diestro con gesto orgulloso, mientras algunas chispas azules y doradas saltaban todavía alrededor. El despliegue de técnicas del combate había sido considerable nada más empezar, y ambos estaban visiblemente determinados a demostrar al otro que se equivocaba.
—¡Oye! ¡Solo para saberlo de antemano! ¿Aquí permitimos los típicos descansos que se dan en un duelo cívico y honorable?
Anzu soltó una carcajada socarrona ante las palabras del Uchiha, y empezó a acercarse a paso tranquilo pero cauto.
—Pensaba que tú no creías en esas tonterías del honor —replicó la kunoichi—. Además, está claro que todavía no te he sacudido lo suficiente como para que cierres esa bocaza tuya durante treinta segundos.
No dejó más tiempo para las palabras. Como la vez anterior, cargó frontalmente contra su oponente. Esta vez amagaría un puñetazo directo a la nariz, un golpe falso destinado únicamente a confundir a su rival. Rápidamente, se movería con un paso hasta colocarse en el flanco de Datsue, tirándole entonces un gancho a las costillas y luego una patada baja que buscaría barrer sus piernas y hacerle caer.
Estado de Anzu
- PV: –
110/150
- CK: –
102/140
+10–
Inventario
- Bandana de Takigakure [anudada en el brazo derecho]
- Portaobjetos básico [en el cinturón]
- Kunai (x1)
- Hikaridama (x0)
- Kunai (x1)