20/07/2016, 01:59
— ¡Gracias!
Mostré una sonrisa e hice una leve reverencia antes de partir. Sabía que de lo contrario Mitsuki me daría la tabarra y como que no me apetecía hacer un viaje en barco con la Hyuga cantándome las cuarenta.
Alcé mis brazos, los puse justo por detrás del cuello de mis compañeros y dimos media vuelta, dispuestos a abandonar la sala.
— Hasta la vuelta, Shiona-sama
El pergamino estaba ya en poder de la peliblanca, así que podía dejar de preocuparme por él, al menos por el momento. En ese momento tan solo pensaba en aquel viaje maritimo que debíamos afrontar. Seguramente fuese algo aburrido así que se me ocurrió algo.
— Bueno, id preparando el repertorio de historias de miedo para el viaje, ¿Eh? — Aquello siempre funcionaba, era un buen recurso para viajes largos — Bueno, y si no son de miedo no pasa nada, el caso es no aburrirnos, ¿Vale? —
Pronto saldríamos del edificio más imponente de la aldea, dirección al puerto, donde seguramente nos aguardaba algún que otro marinero para llevarnos hasta el lugar donde se habían perdido aquellos cerdos.
Para mi desgracia, había demasiados barcos como para reconocer el nuestro.
— Esto... ¿Cuál creéis que será el nuestro?
Mostré una sonrisa e hice una leve reverencia antes de partir. Sabía que de lo contrario Mitsuki me daría la tabarra y como que no me apetecía hacer un viaje en barco con la Hyuga cantándome las cuarenta.
Alcé mis brazos, los puse justo por detrás del cuello de mis compañeros y dimos media vuelta, dispuestos a abandonar la sala.
— Hasta la vuelta, Shiona-sama
El pergamino estaba ya en poder de la peliblanca, así que podía dejar de preocuparme por él, al menos por el momento. En ese momento tan solo pensaba en aquel viaje maritimo que debíamos afrontar. Seguramente fuese algo aburrido así que se me ocurrió algo.
— Bueno, id preparando el repertorio de historias de miedo para el viaje, ¿Eh? — Aquello siempre funcionaba, era un buen recurso para viajes largos — Bueno, y si no son de miedo no pasa nada, el caso es no aburrirnos, ¿Vale? —
Pronto saldríamos del edificio más imponente de la aldea, dirección al puerto, donde seguramente nos aguardaba algún que otro marinero para llevarnos hasta el lugar donde se habían perdido aquellos cerdos.
Para mi desgracia, había demasiados barcos como para reconocer el nuestro.
— Esto... ¿Cuál creéis que será el nuestro?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa