25/07/2016, 22:58
El guardia de la puerta levantó una ceja frente al atrevimiento de Anzu, que le había llamado socio, aunque luego la muchacha reparó la situación. Pero cuando explicó a lo que iban, la ceja volvió a levantarse.
Tatsuya se acercó también, con la mirada fija, clavada como una estaca en él. Tanto que daba hasta un poco de miedo. Si no hubiera sido por su buena educación, de seguro habría pensado que iba a atacarle, o algo así. El chunin escuchó también a Tatsuya y luego se echó a reír.
—Ay, ay, no me lo puedo creer... Perdonad, chicos, es que... —explicó—. ¿Es la primera vez que intentáis reuniros con él, cierto? Acostumbra a decirle a esa vieja secretaria que no deje pasar a nadie mientras se dedica a holgazanear cuando no le apetece recibir a nadie.
Tatsuya se acercó también, con la mirada fija, clavada como una estaca en él. Tanto que daba hasta un poco de miedo. Si no hubiera sido por su buena educación, de seguro habría pensado que iba a atacarle, o algo así. El chunin escuchó también a Tatsuya y luego se echó a reír.
—Ay, ay, no me lo puedo creer... Perdonad, chicos, es que... —explicó—. ¿Es la primera vez que intentáis reuniros con él, cierto? Acostumbra a decirle a esa vieja secretaria que no deje pasar a nadie mientras se dedica a holgazanear cuando no le apetece recibir a nadie.