26/07/2016, 04:45
—Listillo, si quieres recuperar la mochila tendrás que venir a pedir perdón. Te espero en El Panda Fumado.—
Aquello tomo por sorpresa a Hazegawa, esbozó una sonrisa al escuchar aquello y soltó una carcajada mientras aquel anciano se marchaba, — ¿Pedir perdón? Prefiero morir a pedir perdón. — Pensó en aquel momento, y se encamino a salir de los callejones en los que se había metido.
A medida que caminaba por aquel callejón, al escuchar los pasos de varias personas trato de ser lo más sigiloso posible, caminando pegado de las paredes y ocultándose tras un par de contenedores de basura echo un ojillo, al origen de todos esos pasos.
Haze pudo visualizar a un trio de sujetos los cuales en particular no parecían muy peligrosos, lucían atuendos comunes y solo uno de ellos poseía una navaja, la cual llevaba en la mano puesto que al parecer los tres habían acorralado a una joven, en aquel callejón no había nadie más por lo que era la escena del crimen perfecto.
Haze no estaba muy seguro de hacer algo pues eran tres tipejos, y por muy ninja que fuera no quería morir o salir herido en ese callejón maloliente, por lo que tomo una piedrecilla y la lanzo hacia uno de los contenedores de basura que estaba al lado de los tipejos, esto hizo que el metal sonara por el impacto y sembrar la duda.
Los maleantes se vieron las caras y se echaron a correr hacia las calles de la ciudad quizás presa del nerviosismo, lo cierto era que uno de ellos se echó a correr con el bolso de la joven, uno pequeño y rosado, Haze salió de su escondite a ver si aquella muchacha estaba bien, —Tienen mi bolso…acabo de cobrar el trabajo de todo un mes— Dijo ella, rompiendo en llanto.
—Maldición, veré si puedo hacer algo—Dijo haze, no muy convencido de aquello y con su maleta aun sujeta a la espalda, se fue tras la pista de aquellos tres tipejos, a paso rápido para no levantar sospechas.
Aunque le costó un poco, logro dar con aquellos tres tipejos pero les perdió la pista cuando estos entraron en un negocio del lugar, el panda fumado. —No me jodas…veamos qué lugar de mala muerte es este— pensó y no se hizo esperar más, entrando al lugar.
—Seguro si no me matan estos tipos, lo hará la fulana esa de pelo blanco…— Dijo soltando un suspiro, realmente era un fastidio toda aquella situación, abordo el lugar esperando lo peor.
Aquello tomo por sorpresa a Hazegawa, esbozó una sonrisa al escuchar aquello y soltó una carcajada mientras aquel anciano se marchaba, — ¿Pedir perdón? Prefiero morir a pedir perdón. — Pensó en aquel momento, y se encamino a salir de los callejones en los que se había metido.
A medida que caminaba por aquel callejón, al escuchar los pasos de varias personas trato de ser lo más sigiloso posible, caminando pegado de las paredes y ocultándose tras un par de contenedores de basura echo un ojillo, al origen de todos esos pasos.
Haze pudo visualizar a un trio de sujetos los cuales en particular no parecían muy peligrosos, lucían atuendos comunes y solo uno de ellos poseía una navaja, la cual llevaba en la mano puesto que al parecer los tres habían acorralado a una joven, en aquel callejón no había nadie más por lo que era la escena del crimen perfecto.
Haze no estaba muy seguro de hacer algo pues eran tres tipejos, y por muy ninja que fuera no quería morir o salir herido en ese callejón maloliente, por lo que tomo una piedrecilla y la lanzo hacia uno de los contenedores de basura que estaba al lado de los tipejos, esto hizo que el metal sonara por el impacto y sembrar la duda.
Los maleantes se vieron las caras y se echaron a correr hacia las calles de la ciudad quizás presa del nerviosismo, lo cierto era que uno de ellos se echó a correr con el bolso de la joven, uno pequeño y rosado, Haze salió de su escondite a ver si aquella muchacha estaba bien, —Tienen mi bolso…acabo de cobrar el trabajo de todo un mes— Dijo ella, rompiendo en llanto.
—Maldición, veré si puedo hacer algo—Dijo haze, no muy convencido de aquello y con su maleta aun sujeta a la espalda, se fue tras la pista de aquellos tres tipejos, a paso rápido para no levantar sospechas.
Aunque le costó un poco, logro dar con aquellos tres tipejos pero les perdió la pista cuando estos entraron en un negocio del lugar, el panda fumado. —No me jodas…veamos qué lugar de mala muerte es este— pensó y no se hizo esperar más, entrando al lugar.
—Seguro si no me matan estos tipos, lo hará la fulana esa de pelo blanco…— Dijo soltando un suspiro, realmente era un fastidio toda aquella situación, abordo el lugar esperando lo peor.