27/07/2016, 21:56
Una manada de hombres gritones se abalanzaban sobre él como si fuese una increíble presa. Y allí plantado estaba Karamaru, listo para hacerle frente a cualquier cosa. O por lo menos eso pensaba.
En un momento dado, el calvo comenzó a ver la cara de los nativos y denotaban más miedo que enojo o furia. Extrañado ya comenzaba a bajar la guardia, se daba cuenta que no era a él al que miraban si no que dirigían su mirada hacia atrás. Solo se podía suponer una cosa: alguien o algo los estaba persiguiendo.
Sabiendo que no serían una amenaza el monje dejo de mantener la técnica activa y espero quieto y atento a que apareciere el perseguidor de los hombres desnudos. Y vaya sorpresa que se daría cuando lo viera.
«La puta madre...»
Un hipopótamo, que el pelado solo había visto en dibujos, los corría por detrás. Pero no era como él se lo podía haber imaginado, era gigante, de metros de altura. Daba zancadas cortas para su tamaño pero largisimas para un humano común. Era lento, pero comparado con los hombres que se trataban de escapar era más rápido que varios shinobis con experiencia.
Solo quedaba una cosa por hacer ante tal situación. Una situación que solo podía resolverse con una decisión que requería calma y seriedad para tomarla. Y allí, plantado sobre la tierra, Karamaru hizo lo único que le pareció sensato hacer.
¡CORRER!
Dio media vuelta y empezó a correr a todo lo que podía siguiendo el curso del río. Se adentró de nuevo en la selva y antes de que se diese cuenta, ya había perdido de vista a todos los nativos. Pero eso no implicaba que dejase de correr, las pisadas todavía sonaban y retumbaban la tierra y lo último que quería el calvo era terminar siendo el almuerzo de un animal.
Aunque el haber utilizado la técnica lo había dejado exhausto, por más que apenas le hubiese durado segundos. Sus músculos ya estaban cansados y apenas sintió un tirón en el gemelo derecho cayó al suelo y se revolcó por la tierra. Quedó mirando al cielo, con los pies mojándose con las gotas de agua que largaba el río. Vivo, con los ojos abiertos, pero demasiado cansado como para levantarse.
En un momento dado, el calvo comenzó a ver la cara de los nativos y denotaban más miedo que enojo o furia. Extrañado ya comenzaba a bajar la guardia, se daba cuenta que no era a él al que miraban si no que dirigían su mirada hacia atrás. Solo se podía suponer una cosa: alguien o algo los estaba persiguiendo.
Sabiendo que no serían una amenaza el monje dejo de mantener la técnica activa y espero quieto y atento a que apareciere el perseguidor de los hombres desnudos. Y vaya sorpresa que se daría cuando lo viera.
«La puta madre...»
Un hipopótamo, que el pelado solo había visto en dibujos, los corría por detrás. Pero no era como él se lo podía haber imaginado, era gigante, de metros de altura. Daba zancadas cortas para su tamaño pero largisimas para un humano común. Era lento, pero comparado con los hombres que se trataban de escapar era más rápido que varios shinobis con experiencia.
Solo quedaba una cosa por hacer ante tal situación. Una situación que solo podía resolverse con una decisión que requería calma y seriedad para tomarla. Y allí, plantado sobre la tierra, Karamaru hizo lo único que le pareció sensato hacer.
¡CORRER!
Dio media vuelta y empezó a correr a todo lo que podía siguiendo el curso del río. Se adentró de nuevo en la selva y antes de que se diese cuenta, ya había perdido de vista a todos los nativos. Pero eso no implicaba que dejase de correr, las pisadas todavía sonaban y retumbaban la tierra y lo último que quería el calvo era terminar siendo el almuerzo de un animal.
Aunque el haber utilizado la técnica lo había dejado exhausto, por más que apenas le hubiese durado segundos. Sus músculos ya estaban cansados y apenas sintió un tirón en el gemelo derecho cayó al suelo y se revolcó por la tierra. Quedó mirando al cielo, con los pies mojándose con las gotas de agua que largaba el río. Vivo, con los ojos abiertos, pero demasiado cansado como para levantarse.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘