28/07/2016, 00:56
(Última modificación: 28/07/2016, 00:58 por Uchiha Datsue.)
Datsue, con cierta sorpresa por el descaro de Karamaru, se apresuró en tomar un buen sorbo de té para aislarse en cierta medida del ambiente tenso que a buen seguro había generado aquella pregunta. Entonces, vio como Karamaru le guiñaba un ojo, pero algo raro le pasaba…
… La sonrisa que había formado Karamaru se le quedó congelada en el rostro, y el guiño que había hecho con un ojo no parecía querer abrirse de nuevo, quedando en una extraña posición intermedia. De pronto, se sintió extrañamente adormecido, como si llevase años sin dormir y le hubiesen inyectado en vena litros de anestesia.
Los brazos y piernas cada vez le pesaban más, no era capaz de emitir más sonido que el de un simple gruñido y la cabeza le resultaba cada vez más ligera. De pronto, cayó al suelo, inconsciente.
—¡Pero qué cojones! —exclamó Datsue, levantándose de un salto—Pe-ro… qué… cojonnnes…
¡Plaf! Datsue cayó como un saco de patatas, inerte.
Emiko le dedicó una sonrisa tierna a Noemi, como el de una madre le dedicaría a su hija. Luego, extrajo una larga aguja que le servía para hacer el moño en su peinado, una aguja que pronto Noemi pudo ver que era demasiado afilada y fina para servir a ese propósito. O al menos no solo a ese.
—Son todos iguales, ¿verdad? —dijo, con voz melosa—. No te preocupes. Yo me encargo de ellos.
… La sonrisa que había formado Karamaru se le quedó congelada en el rostro, y el guiño que había hecho con un ojo no parecía querer abrirse de nuevo, quedando en una extraña posición intermedia. De pronto, se sintió extrañamente adormecido, como si llevase años sin dormir y le hubiesen inyectado en vena litros de anestesia.
Los brazos y piernas cada vez le pesaban más, no era capaz de emitir más sonido que el de un simple gruñido y la cabeza le resultaba cada vez más ligera. De pronto, cayó al suelo, inconsciente.
—¡Pero qué cojones! —exclamó Datsue, levantándose de un salto—Pe-ro… qué… cojonnnes…
¡Plaf! Datsue cayó como un saco de patatas, inerte.
Emiko le dedicó una sonrisa tierna a Noemi, como el de una madre le dedicaría a su hija. Luego, extrajo una larga aguja que le servía para hacer el moño en su peinado, una aguja que pronto Noemi pudo ver que era demasiado afilada y fina para servir a ese propósito. O al menos no solo a ese.
—Son todos iguales, ¿verdad? —dijo, con voz melosa—. No te preocupes. Yo me encargo de ellos.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado