30/07/2016, 02:05
La conducta que se le había inculcado desde pequeño salía a flote de forma casi involuntaria, aquel gesto amable de abrirle la puerta se vio acompañado, por inercia, de una reverencia totalmente por etiqueta. La kunoichi reaccionó ante eso con una reiteración de lo que alguna vez dijo en algún punto del día ¿si lo había dicho, no? Que dejase las formalidades.
La costumbre... la costumbre...
Reclamó con una sonrisa en el rostro siguiéndola cuando salió por la puerta.
Ya fue, y tras señalar un camino a tomar, el cual Katomi había dado el visto bueno. No quedaría mucho más por hacer, ya habían llenado sus estómagos y tenían el combustible suficiente y un par de excusas para dar algunos pasos mas por la misma senda.
Allá afuera no había dejado de llover, era Amegakure después de todo, nunca dejaría de llover. Mogura combatía el clima con aquella unica barrera que tenía en aquel momento, su abrigo de cuero.
¿Crees qué encontremos algún paraguas con lanzador de senbon?
Lanzó una pregunta para hacer mas amena la caminata, no quería dejar que el silencio tomara la escena. Puede que no lo hubiese expresado del todo bien, quizás por su falta de costumbre de estar en contacto con otras personas de su misma edad y todo eso. Pero más allá de su temita de la comunicación, si le había interesado la idea de aquella arma tan original.
La costumbre... la costumbre...
Reclamó con una sonrisa en el rostro siguiéndola cuando salió por la puerta.
Ya fue, y tras señalar un camino a tomar, el cual Katomi había dado el visto bueno. No quedaría mucho más por hacer, ya habían llenado sus estómagos y tenían el combustible suficiente y un par de excusas para dar algunos pasos mas por la misma senda.
Allá afuera no había dejado de llover, era Amegakure después de todo, nunca dejaría de llover. Mogura combatía el clima con aquella unica barrera que tenía en aquel momento, su abrigo de cuero.
¿Crees qué encontremos algún paraguas con lanzador de senbon?
Lanzó una pregunta para hacer mas amena la caminata, no quería dejar que el silencio tomara la escena. Puede que no lo hubiese expresado del todo bien, quizás por su falta de costumbre de estar en contacto con otras personas de su misma edad y todo eso. Pero más allá de su temita de la comunicación, si le había interesado la idea de aquella arma tan original.