31/07/2016, 14:42
Al escuchar la respuesta de la kunoichi fue capaz de sentir como algo dentro del pobre paraguas se rompía, no estaba seguro que podía llegar a ser, como si las filosas palabras de la Sarutobi le hubiesen roto el corazón a aquel paraguas. Claramente nada de eso era posible, los paraguas no tienen corazón, peeero... si lo hubiese tenido... pobre ¿no?
¿Qué tienes en mente que no sea tan soso y simple? jajaja
Preguntó el joven Manase a la muchacha respondiendo a su comentario no así a la interrogante que le había hecho.
Se le serían presentados entonces dos paraguas, un primero bastante interesante de color azul bastante oscuro con lo que parecían ser dragones rojos y nubes también rojas, puede que con eso tuviese una ligera idea de los gustos de la joven piromana. La segunda propuesta parecía algo mas sobria en lo que a detalles se refería, aunque tenía toda la parte de la madera cubierta con decoraciones en dos tonos.
Hmmm... en un lugar como Amegakure, un paraguas no es mas que un articulo de consumo en la mayoría de los casos...
Mogura se inclinó ligeramente hacía delante a la vez que se colocaba el paraguas que había tomado bajo el brazo y llevaba una de sus manos hasta su mentón, entrecerró los ojos y juzgo con una mirada critica ambos paraguas. Parecían sinceros, paraguas de verdad, llenos de detalles para complacer el ojo de aquel que lo viese.
Pero este de los dragones me hace acordar a una vieja historia... me gusta...
Tras unos segundos en silencio finalmente tomó una decisión. Para suerte de la kunoichi la cual seguro no tendría tiempo para escuchar otra historia del joven médico, no hubo historia relatada junto con aquel comentario.
Bien, tenemos todo. ¿Vamos a la caja?
Preguntó con una sonrisa en el rostro mientras se enderezaba, ya no tenían mucho mas que hacer por ahí una vez terminada la búsqueda, solo había que pagar por lo que se llevaría y serían ambos libres de hacer su voluntad en lo que quedaba del día.
¿Qué tienes en mente que no sea tan soso y simple? jajaja
Preguntó el joven Manase a la muchacha respondiendo a su comentario no así a la interrogante que le había hecho.
Se le serían presentados entonces dos paraguas, un primero bastante interesante de color azul bastante oscuro con lo que parecían ser dragones rojos y nubes también rojas, puede que con eso tuviese una ligera idea de los gustos de la joven piromana. La segunda propuesta parecía algo mas sobria en lo que a detalles se refería, aunque tenía toda la parte de la madera cubierta con decoraciones en dos tonos.
Hmmm... en un lugar como Amegakure, un paraguas no es mas que un articulo de consumo en la mayoría de los casos...
Mogura se inclinó ligeramente hacía delante a la vez que se colocaba el paraguas que había tomado bajo el brazo y llevaba una de sus manos hasta su mentón, entrecerró los ojos y juzgo con una mirada critica ambos paraguas. Parecían sinceros, paraguas de verdad, llenos de detalles para complacer el ojo de aquel que lo viese.
Pero este de los dragones me hace acordar a una vieja historia... me gusta...
Tras unos segundos en silencio finalmente tomó una decisión. Para suerte de la kunoichi la cual seguro no tendría tiempo para escuchar otra historia del joven médico, no hubo historia relatada junto con aquel comentario.
Bien, tenemos todo. ¿Vamos a la caja?
Preguntó con una sonrisa en el rostro mientras se enderezaba, ya no tenían mucho mas que hacer por ahí una vez terminada la búsqueda, solo había que pagar por lo que se llevaría y serían ambos libres de hacer su voluntad en lo que quedaba del día.