1/08/2016, 00:05
Ahora resulta que Eri y Nabi, se conocían ya de antemano. Y sí, fue enterarse de eso y Kaiten empezó a recordar haberles visto por la academia e incluso alguna vez por la ciudad. Eri ya le había pedido explicaciones al muchacho rubio, cosa que Kaiten agradeció dentro suyo. Nabi respondió, que al parecer le confundió con una morsa… ¡Una morsa! Gordo, montículo de arena… le habían llamado y confundido con mil cosas, pero ahora añadía morsa a su lista mental, que ya ni recordaba. ¿Es que olía a pescado o qué?
- Eh, he intentado perder algo, pero de cien en cien no cunde… gramos me refiero. – Dijo Kaiten.
Simplemente parecía que Nabi era un bromista, y no por ello le caía mal pese al patadote. Incluso se disculpó por ello después incluso de preguntar si Kaiten era una invocación de Eri. Vaya tres se habían encontrado.
- Descuida por lo de la patada Nabi, aunque parece que no soy el único que no ve bien. – Señalándose sus gafas, pero en tono bromista como el rubio hizo antes. – En cuanto a esas tres morcillas embutidas en esos trajes cubiertas de verduras marinas, no, no creo que sean amigos míos ni les conozco. – Y finalizó con una mueca con cara de extrañado hacia ambos presentes.
Estaba tan concentrado o embobado (para Kaiten la línea entre esos dos términos era delgada) con el tema de sus nuevos amigos y los extraños, que para cuando quiso acordar, solo estaban ellos tres. Toda la gente había utilizado la más antigua técnica ante lo que él supuso les produjo pánico al ver tan sinuosas figuras emerger en la orilla. La técnica era quitarse del medio y salir por patas. Incluso una familia se había dejado una nevera de playa ¿Quién sabe lo que habría dentro?
Vale, queda claro ¿No? Era embobamiento, no concentración.
- Eh, he intentado perder algo, pero de cien en cien no cunde… gramos me refiero. – Dijo Kaiten.
Simplemente parecía que Nabi era un bromista, y no por ello le caía mal pese al patadote. Incluso se disculpó por ello después incluso de preguntar si Kaiten era una invocación de Eri. Vaya tres se habían encontrado.
- Descuida por lo de la patada Nabi, aunque parece que no soy el único que no ve bien. – Señalándose sus gafas, pero en tono bromista como el rubio hizo antes. – En cuanto a esas tres morcillas embutidas en esos trajes cubiertas de verduras marinas, no, no creo que sean amigos míos ni les conozco. – Y finalizó con una mueca con cara de extrañado hacia ambos presentes.
Estaba tan concentrado o embobado (para Kaiten la línea entre esos dos términos era delgada) con el tema de sus nuevos amigos y los extraños, que para cuando quiso acordar, solo estaban ellos tres. Toda la gente había utilizado la más antigua técnica ante lo que él supuso les produjo pánico al ver tan sinuosas figuras emerger en la orilla. La técnica era quitarse del medio y salir por patas. Incluso una familia se había dejado una nevera de playa ¿Quién sabe lo que habría dentro?
Vale, queda claro ¿No? Era embobamiento, no concentración.