1/08/2016, 14:55
Con curiosidad, el chico inquirió respuesta acerca de a qué se refería la chica en eso de buscar algo menos soso y simple. La chica por su parte no tardó en mostrar dos modelos un poco mas elaborados en comparación a la primera elección del genin. El de decoraciones de dragón, y el que tenía varios colores en el mango. Alegó en un principio que un paraguas no era mas que un artículo de consumo en un lugar como Amegakure, y pese a que no le faltaba razón, no debía obviar que estaba de compras con una chica; por muy kunoichi que fuese.
Al final, terminó por admitir que el paraguas de detalles de dragones estaba genial, aunque no lo dijese directamente en un principio. Comentó que conocía cierta historia acerca de unos dragones, pero por suerte o desgracia, no se puso a narrar la epopeya. Sus gestos, voces y actuación quedó en silencio teatral, en un segundo plano totalmente ajeno a la compra.
Mogura terminó decidiéndose por tomar un paraguas, el mencionado. Comentó que ya podían ir a la caja y pagar, a lo cuál no estaba conforme Katomi. Quizás era cosa de genética, a saber.
—¿Por qué ese? Quizás hay algún otro mejor... A lo mejor miras un poco mas, y encuentras otro mas cómodo y decorado... ¿No crees?— Argumentó mientras alzaba el dedo acusador. No acusaba en ésta ocasión a nadie en particular, simplemente hacía referencia con éste mientras le soltaba su consejo a Mogura.
Entre tanto, la dependienta miraba al par de chicos desde su cómodo asiento. Tenía ambas manos entrecruzadas, y una revista a la que apenas hacía caso frente a ella, justo al lado de otros muchos papeles y facturas.
La peliblanco se había movido seguidamente y sin esperar respuesta hacia otra parte de la tienda, una parte en la que los colores mas vivos hacían gala. Tomó el primero que vio, uno con una lisa franela blanca que estaba decorada con numerosos círculos rojos. Justo a su vera había otro muy interesante, uno hecho artesanalmente, claramente a la vista. A éste último mencionado, le faltaban algunos remaches, e incluso el barniz del mango parecía defectuoso. ¿Lo habría hecho el hijo de la pelirroja?
—¿No te gusta mas uno de éstos?— Preguntó de inmediato. —Mira, éste tiene lunares rojos! A que mola!?
Quizás no era el mas apropiado, pero no le faltaba vida en los tonos.
Al final, terminó por admitir que el paraguas de detalles de dragones estaba genial, aunque no lo dijese directamente en un principio. Comentó que conocía cierta historia acerca de unos dragones, pero por suerte o desgracia, no se puso a narrar la epopeya. Sus gestos, voces y actuación quedó en silencio teatral, en un segundo plano totalmente ajeno a la compra.
Mogura terminó decidiéndose por tomar un paraguas, el mencionado. Comentó que ya podían ir a la caja y pagar, a lo cuál no estaba conforme Katomi. Quizás era cosa de genética, a saber.
—¿Por qué ese? Quizás hay algún otro mejor... A lo mejor miras un poco mas, y encuentras otro mas cómodo y decorado... ¿No crees?— Argumentó mientras alzaba el dedo acusador. No acusaba en ésta ocasión a nadie en particular, simplemente hacía referencia con éste mientras le soltaba su consejo a Mogura.
Entre tanto, la dependienta miraba al par de chicos desde su cómodo asiento. Tenía ambas manos entrecruzadas, y una revista a la que apenas hacía caso frente a ella, justo al lado de otros muchos papeles y facturas.
La peliblanco se había movido seguidamente y sin esperar respuesta hacia otra parte de la tienda, una parte en la que los colores mas vivos hacían gala. Tomó el primero que vio, uno con una lisa franela blanca que estaba decorada con numerosos círculos rojos. Justo a su vera había otro muy interesante, uno hecho artesanalmente, claramente a la vista. A éste último mencionado, le faltaban algunos remaches, e incluso el barniz del mango parecía defectuoso. ¿Lo habría hecho el hijo de la pelirroja?
—¿No te gusta mas uno de éstos?— Preguntó de inmediato. —Mira, éste tiene lunares rojos! A que mola!?
Quizás no era el mas apropiado, pero no le faltaba vida en los tonos.