1/08/2016, 16:33
Mogura realmente no sabía en lo que se había metido, sin darse cuenta de lo que había acordado terminó aventurándose con la chica dentro de una tienda con la intención de comprar un paraguas, y ahora estaba conociendo un lado nuevo de la kunoichi.
Bueno... si, supongo ¿no...?.
Contestó el joven médico, pero seguramente ya había pasado el tiempo suficiente como para que la peliblanco tomara un nuevo rumbo dentro de la tienda, a una parte donde estaba lleno de colores vivos. Dos paraguas en particular llamaron su atención, uno de ellos era de un motivo blanco con lunares rojos y otro parecía muy artesanal pero hecho por una mano no tan hábil quizás.
Como si fuese el fuerte vendaval que le sigue al determinado dragón, Mogura fue avanzando hasta donde estaba su compañera. No era una gran distancia a recortar pero había varias estanterías que distraían fácilmente al observador, una pequeña sección había varios paraguas uno al lado de otro pero había algo en particular.
Hey, ese de los lunares tiene un mango ergonómico, eso es bueno... y tiene esto de aquí que hace que no se rompa tan fácil.
Dijo sonriendo mirando de cerca el paraguas que había cautivado la mirada de la Sarutobi. Los lunares... no estaba seguro si eran su estilo pero lo del mango era bueno, aunque no sabía si eso último que señaló era un punto bueno o malo, después de todo casi al principio de la trama su paraguas se fue volando justamente por eso.
¿Qué te parece este?
Sostuvo el paraguas que había visto y comenzó a hacerlo girar con una mano, las decoraciones hacían una especie de ilusión óptica donde dos siluetas se iban moviendo, esas dos siluetas en cuestión parecían ser guerreros samurai cruzando espadas y volviendo al lugar, para dar la sensación de que el combate no terminaba.
Bueno... si, supongo ¿no...?.
Contestó el joven médico, pero seguramente ya había pasado el tiempo suficiente como para que la peliblanco tomara un nuevo rumbo dentro de la tienda, a una parte donde estaba lleno de colores vivos. Dos paraguas en particular llamaron su atención, uno de ellos era de un motivo blanco con lunares rojos y otro parecía muy artesanal pero hecho por una mano no tan hábil quizás.
Como si fuese el fuerte vendaval que le sigue al determinado dragón, Mogura fue avanzando hasta donde estaba su compañera. No era una gran distancia a recortar pero había varias estanterías que distraían fácilmente al observador, una pequeña sección había varios paraguas uno al lado de otro pero había algo en particular.
Hey, ese de los lunares tiene un mango ergonómico, eso es bueno... y tiene esto de aquí que hace que no se rompa tan fácil.
Dijo sonriendo mirando de cerca el paraguas que había cautivado la mirada de la Sarutobi. Los lunares... no estaba seguro si eran su estilo pero lo del mango era bueno, aunque no sabía si eso último que señaló era un punto bueno o malo, después de todo casi al principio de la trama su paraguas se fue volando justamente por eso.
¿Qué te parece este?
Sostuvo el paraguas que había visto y comenzó a hacerlo girar con una mano, las decoraciones hacían una especie de ilusión óptica donde dos siluetas se iban moviendo, esas dos siluetas en cuestión parecían ser guerreros samurai cruzando espadas y volviendo al lugar, para dar la sensación de que el combate no terminaba.