3/08/2016, 17:23
El tiburón no tuvo más remedio que seguir el paso de su acompañante, quien decidido a mostrarle el camino correcto para llegar a la ciudad de Yachi; terminó por señalarle una saliente del río que se dirigía hacia el oeste.
—Por allá hay un camino escondido entre unas rocas, a unos diez minutos de aquí —explicó—. El camino va serpenteando y subiendo el risco. Cuando llegues arriba, verás Yachi desde allí, de modo que no te será difícil llegar.
Terminó por asentir ante la clara explicación de su compañero de aldea y lo repitió en su cabeza un par de veces a modo de no olvidarse de la dirección. Aunque, para él, no estaría mal volver a caerse y terminar comiendo otro delicioso platillo en alguna casa ajena. Pero eso no iba a pasar. No si quería cumplir a tiempo con el designio de Yarou-dono. Así que se dispuso a avanzar, no sin antes responder de tú a tú el apretón de manos que Daruu le había ofrecido en primer lugar. Se la apretó, fuerte, dejándole una marca de rabillo, y sonrió, característico, como siempre.
—Espero verte en el torneo, aunque sólo sea de espectador. — y Kaido no pudo imaginar mejor escenario que ese para volver a encontrarse.
—Yo espero verte dentro del campo, que allí no habrá pizza en el horno que interrumpa la pelea —anuncio—. nos vemos, colega.
—Por allá hay un camino escondido entre unas rocas, a unos diez minutos de aquí —explicó—. El camino va serpenteando y subiendo el risco. Cuando llegues arriba, verás Yachi desde allí, de modo que no te será difícil llegar.
Terminó por asentir ante la clara explicación de su compañero de aldea y lo repitió en su cabeza un par de veces a modo de no olvidarse de la dirección. Aunque, para él, no estaría mal volver a caerse y terminar comiendo otro delicioso platillo en alguna casa ajena. Pero eso no iba a pasar. No si quería cumplir a tiempo con el designio de Yarou-dono. Así que se dispuso a avanzar, no sin antes responder de tú a tú el apretón de manos que Daruu le había ofrecido en primer lugar. Se la apretó, fuerte, dejándole una marca de rabillo, y sonrió, característico, como siempre.
—Espero verte en el torneo, aunque sólo sea de espectador. — y Kaido no pudo imaginar mejor escenario que ese para volver a encontrarse.
—Yo espero verte dentro del campo, que allí no habrá pizza en el horno que interrumpa la pelea —anuncio—. nos vemos, colega.