5/08/2016, 01:05
- ¿Tres? Son cuatro.
Kaiten miró extrañado a Eri como si ella estuviese equivocada, aunque sabiendo su ceguera y la ostia en la cara que se acababa de llevar seguramente fuese error suyo. Rápidamente volvió la vista a los personajes que acababan de salir de la orilla. Efectivamente, estaba un poco más para allá que para acá, eran cuatro.
- Cierto, cuatro. - Y puso cara de sentimiento de culpa solo por haber fallado en lo más básico, ver cuantos eran.
- Jajajaja, no te preocupes, Kaiten-chan. Pero ahora deberías irte a casa, la situación se está volviendo seria y no deberían haber civiles por aquí. Nosotros nos encargaremos como buenos shinobis que somos.
Nabi tomó a Kaiten por un civil, e intentó que se fuese como el resto de la gente había hecho. Entonces ocurrió. Ocurrió por primera vez en mucho tiempo, Kaiten denotó un clima de insolencia, de derroche en las palabras de alguien, y eran pocos en ese lugar como para no saber quien.
- ¡Hey! No sé quiénes sois, pero estáis aquí en vez de salir por patas como todos, y eso no me gusta. – Mientras los otros, le repetían las últimas palabras. A Kaiten le hizo ver de qué iba a ir la cosa, eran los lameculos de una líder, la que había dicho esas palabras.
- En fin... Ya que tenéis lo que hay que tener, os reto a un combate, amistoso vaya... Porque sois ninjas, ¿no? Si no ya podéis estar desalojando la playa, hoy es nuestra.
Si la primera frase ya había le había encendido, esa fue la que colmó el vaso, vamos. ¿Que amistoso ni que leches? Era calmado pero en ese aspecto se le iba la cabeza a otra parte, no podía aguantarlo. Volviendo la vista a sus nuevos amigos, Eri estaba con cara de extraño, como intentando ignorar la insolencia de la tonta de turno que acababa de salir del agua. Nabi estaba intentándoles despachar, con un toque de cachondeo, pero para evitar problemas.
- Nabi, yo también soy ninja, soy Akimichi Kaiten. Puede que algo inferior a vosotros, pero ninja al fin y al cabo. - Dijo con muchísima decisión.
Su cara cambió (y su hambre), no era el muchacho amable y tan embobado de antes, estaba… Vamos a decirlo suavemente, con ganas de canibalismo hacia esos cuatro.
- Yo no sé vosotros, – dijo ahora dirigiéndose a sus dos amigos – pero no aguanto esta prepotencia, y menos en mi villa. ¿Qué pensáis?
Dijo eso mientras tomaba la nevera de playa que habían dejado a unos pasos de ellos y llevándose toda la comida a la boca. Tenía hambre, mucha, como nunca. Esa pregunta era la última oportunidad de diálogo antes de que todo acabase por las malas.
Kaiten miró extrañado a Eri como si ella estuviese equivocada, aunque sabiendo su ceguera y la ostia en la cara que se acababa de llevar seguramente fuese error suyo. Rápidamente volvió la vista a los personajes que acababan de salir de la orilla. Efectivamente, estaba un poco más para allá que para acá, eran cuatro.
- Cierto, cuatro. - Y puso cara de sentimiento de culpa solo por haber fallado en lo más básico, ver cuantos eran.
- Jajajaja, no te preocupes, Kaiten-chan. Pero ahora deberías irte a casa, la situación se está volviendo seria y no deberían haber civiles por aquí. Nosotros nos encargaremos como buenos shinobis que somos.
Nabi tomó a Kaiten por un civil, e intentó que se fuese como el resto de la gente había hecho. Entonces ocurrió. Ocurrió por primera vez en mucho tiempo, Kaiten denotó un clima de insolencia, de derroche en las palabras de alguien, y eran pocos en ese lugar como para no saber quien.
- ¡Hey! No sé quiénes sois, pero estáis aquí en vez de salir por patas como todos, y eso no me gusta. – Mientras los otros, le repetían las últimas palabras. A Kaiten le hizo ver de qué iba a ir la cosa, eran los lameculos de una líder, la que había dicho esas palabras.
- En fin... Ya que tenéis lo que hay que tener, os reto a un combate, amistoso vaya... Porque sois ninjas, ¿no? Si no ya podéis estar desalojando la playa, hoy es nuestra.
Si la primera frase ya había le había encendido, esa fue la que colmó el vaso, vamos. ¿Que amistoso ni que leches? Era calmado pero en ese aspecto se le iba la cabeza a otra parte, no podía aguantarlo. Volviendo la vista a sus nuevos amigos, Eri estaba con cara de extraño, como intentando ignorar la insolencia de la tonta de turno que acababa de salir del agua. Nabi estaba intentándoles despachar, con un toque de cachondeo, pero para evitar problemas.
- Nabi, yo también soy ninja, soy Akimichi Kaiten. Puede que algo inferior a vosotros, pero ninja al fin y al cabo. - Dijo con muchísima decisión.
Su cara cambió (y su hambre), no era el muchacho amable y tan embobado de antes, estaba… Vamos a decirlo suavemente, con ganas de canibalismo hacia esos cuatro.
- Yo no sé vosotros, – dijo ahora dirigiéndose a sus dos amigos – pero no aguanto esta prepotencia, y menos en mi villa. ¿Qué pensáis?
Dijo eso mientras tomaba la nevera de playa que habían dejado a unos pasos de ellos y llevándose toda la comida a la boca. Tenía hambre, mucha, como nunca. Esa pregunta era la última oportunidad de diálogo antes de que todo acabase por las malas.