14/08/2016, 21:28
—¿Cuándo te vendiste a ti y a tu aldea por un puñado de diamantes? Ah, no, que eso ocurrió en la primera ronda del torneo, qué despiste el mío...
Un escalofrío recorrió su espina dorsal al oír aquella voz a sus espaldas. No necesitó girar la cabeza para darse cuenta de quién era. ¿Se podía tener más mala pata?
—Mejor: "La cosa se iba a poner mucho más tensa cuando Kawakage-sama bajó de su palco y casi me enterró en la arena de la colleja que me metió por caradura".
Su hermana, sentada sobre su rodilla, observaba todo con los ojos muy abiertos. Datsue, en cambio, levantó un dedo, como el niño que está siendo regañado por la profesora y pide el turno de palabra para protestar. Como toda profesora que le había tocado al Uchiha, Ayame hizo el mismo caso a su dedo como el que hacía él a las manos que pedían limosna.
Ninguno en absoluto.
»No te mereces que Rikudo-sama te devolviera a la vida. Ojalá te hubiese comido el Shukaku.
—¿Qué no me merezco…? —abrió los ojos como si no diese crédito a lo que acababa de oír. Le habían dicho de todo en su corta vida, pero jamás deseado la muerte—. ¿Y quién se lo merece, entonces? ¿Una genocida de masas? ¿Una asesina de hombres y mujeres, de niños y niñas, e incluso de bebés? —Datsue había sido uno de los primeros en enterarse que Ayame era jinchuuriki, o, al menos, uno de los primeros en oírlo. Recordaba haber tardado horas en procesar todo lo vivido, tiempo después de ser revivido por Rikudo—. ¿O la mujer que lo orquestó todo? —apostilló Datsue, que desde su conversación con Karamaru siempre había sido escéptico en cuanto a la inocencia de Yui-sama en aquel tema tan escabroso como la aniquilación de toda una Aldea—. Vamos, Ayame. Todos tenemos nuestros pecados. Yo sé que tu Villa es sangrienta por naturaleza… pero por Amateratsu, si nos ponemos a comparar…
»Y ya que me sacas el tema… ¿Sabes algo de Reiji? —preguntó, cambiando de tema con la misma facilidad que las prostitutas pasaban de la indiferencia más absoluta al mayor de los orgasmos. El causante era en ambos el mismo: el dinero. Ahora que recuerdo… ¿Quién me había comparado con una puta barata? Ah, sí… El bueno de Koichi. Menudo cabronazo está hecho.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal al oír aquella voz a sus espaldas. No necesitó girar la cabeza para darse cuenta de quién era. ¿Se podía tener más mala pata?
—Mejor: "La cosa se iba a poner mucho más tensa cuando Kawakage-sama bajó de su palco y casi me enterró en la arena de la colleja que me metió por caradura".
Su hermana, sentada sobre su rodilla, observaba todo con los ojos muy abiertos. Datsue, en cambio, levantó un dedo, como el niño que está siendo regañado por la profesora y pide el turno de palabra para protestar. Como toda profesora que le había tocado al Uchiha, Ayame hizo el mismo caso a su dedo como el que hacía él a las manos que pedían limosna.
Ninguno en absoluto.
»No te mereces que Rikudo-sama te devolviera a la vida. Ojalá te hubiese comido el Shukaku.
—¿Qué no me merezco…? —abrió los ojos como si no diese crédito a lo que acababa de oír. Le habían dicho de todo en su corta vida, pero jamás deseado la muerte—. ¿Y quién se lo merece, entonces? ¿Una genocida de masas? ¿Una asesina de hombres y mujeres, de niños y niñas, e incluso de bebés? —Datsue había sido uno de los primeros en enterarse que Ayame era jinchuuriki, o, al menos, uno de los primeros en oírlo. Recordaba haber tardado horas en procesar todo lo vivido, tiempo después de ser revivido por Rikudo—. ¿O la mujer que lo orquestó todo? —apostilló Datsue, que desde su conversación con Karamaru siempre había sido escéptico en cuanto a la inocencia de Yui-sama en aquel tema tan escabroso como la aniquilación de toda una Aldea—. Vamos, Ayame. Todos tenemos nuestros pecados. Yo sé que tu Villa es sangrienta por naturaleza… pero por Amateratsu, si nos ponemos a comparar…
»Y ya que me sacas el tema… ¿Sabes algo de Reiji? —preguntó, cambiando de tema con la misma facilidad que las prostitutas pasaban de la indiferencia más absoluta al mayor de los orgasmos. El causante era en ambos el mismo: el dinero. Ahora que recuerdo… ¿Quién me había comparado con una puta barata? Ah, sí… El bueno de Koichi. Menudo cabronazo está hecho.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado