25/08/2016, 00:35
— ¿Qué pasa, listilla? ¿Acaso eres un manual? Son ciudadanos de Uzushiogakure, esa aldea a la que juraste proteger, lo que les convierte en CAMARADAS. ¿Sabes lo que es eso? ¿Y si hubiese optado por abandonarte a tu suerte en las ruinas? ¿O qué me dices de lo del Valle del Fin? Apenas nos conocíamos y no tenía por qué jugármela por ti. Está muy bien que te sepas el abc de los ninjas, pero está para interpretarlo y si no eres siquiera capaz de fiarte de esta gente casi que sería mejor que te quedarás en casa con tus putas reglas.—
La peliblanca asistió impasible al vendaval que desató el chico araña, parecía realmente disgustado con que le acabasen de recordar las normas y ahora le soltaba un acalorado discurso sobre la confianza, momento que aprovechó para echarle en cara las veces que la había salvado.
—Agradezco profundamente las veces que me has ayudado, pero me temo que te has desviado del tema— replicó Mitsuki con serenidad, sin dejarse arrastrar por el acaloramiento de su compañero —Aún así, lamento si te he ofendido pero mi única intención era recordarte la norma— hizo una reverencia a modo de disculpa tratando de zanjar el tema
— No podéis soltar que estáis de misión y esperar que os dejen montar en un barco sin más. Y si además os han dicho que tenéis preparado una embarcación solo para vosotros, con más razón deberíais enseñar la acreditación que os habrá dado Shiona-sama.
—Disculpenos, somos algo novatos todavía... —
—Disculpe mi comportamiento— hizo una reverencia
"Quizás he sido un poco maleducada..." la Hyuga se sentía un poco mal por la reacción que había despertado su actitud
— Olvídalo, Norata, sé de qué barco me hablan. El único que ha mandado preparar Shiona-sama. Mostradme el pergamino y os acompañaré hasta él.
— Ya estás tardando, señorita sabelotodo— apremió el pelirrojo
La Hyuga dió un par de pasos para acercarse hasta donde se encontraba el anciano mientras sacaba desde el interior de su montsuki el pergamino que les había entrgado la Uzukage, ignorando completamente las malas formas de su compañero
—Aquí tiene— tendió el pergamino al hombre agarrandolo por un extremo
La peliblanca asistió impasible al vendaval que desató el chico araña, parecía realmente disgustado con que le acabasen de recordar las normas y ahora le soltaba un acalorado discurso sobre la confianza, momento que aprovechó para echarle en cara las veces que la había salvado.
—Agradezco profundamente las veces que me has ayudado, pero me temo que te has desviado del tema— replicó Mitsuki con serenidad, sin dejarse arrastrar por el acaloramiento de su compañero —Aún así, lamento si te he ofendido pero mi única intención era recordarte la norma— hizo una reverencia a modo de disculpa tratando de zanjar el tema
— No podéis soltar que estáis de misión y esperar que os dejen montar en un barco sin más. Y si además os han dicho que tenéis preparado una embarcación solo para vosotros, con más razón deberíais enseñar la acreditación que os habrá dado Shiona-sama.
—Disculpenos, somos algo novatos todavía... —
—Disculpe mi comportamiento— hizo una reverencia
"Quizás he sido un poco maleducada..." la Hyuga se sentía un poco mal por la reacción que había despertado su actitud
— Olvídalo, Norata, sé de qué barco me hablan. El único que ha mandado preparar Shiona-sama. Mostradme el pergamino y os acompañaré hasta él.
— Ya estás tardando, señorita sabelotodo— apremió el pelirrojo
La Hyuga dió un par de pasos para acercarse hasta donde se encontraba el anciano mientras sacaba desde el interior de su montsuki el pergamino que les había entrgado la Uzukage, ignorando completamente las malas formas de su compañero
—Aquí tiene— tendió el pergamino al hombre agarrandolo por un extremo