26/08/2016, 15:25
—Uno desde joven aprende que el fuego quema, y desde entonces tiene cuidado de no acercar sus manos a la llama. Eso aplica de forma muy similar a los grandes shinobi de la historia. ¿Quién en su sano juicio intentaría pelear contra un Kage sabiendo de lo que podría ser capaz?
—Si… De algún modo lo entiendo, Mogura-san. —Ella creía que era como con las personas de mucho dinero; En ocasiones, y aunque no hiciese falta, necesitaban demostrar que tan poderosos eran para que los demás supieran en qué posición se encontraban.
El de cabellos blancos se permitió el pensar en aquello por unos instantes «Ciertamente, tal espectáculo tiene tanto sus pro como sus contra.» De todas formas él no era del tipo al que le gustara ir por la vida presumiendo sus habilidades. Sabía que le pasaba a aquellos que tenían como costumbre el manejar todo haciendo uso de exhibiciones de fuerza. Lo sabía bien, pues ya había hecho caer a muchos que pecaban de no ser discretos y humildes con su poder «Aunque…» Como alguien que había estado en las calles, era consciente de que en momentos difíciles no se puede mostrar ni un ápice de debilidad. Al menos se tiene que ocultar y en ocasiones lo mejor para conseguir aquello, y para lograr la paz, era una simple y vulgar baladronada.
De pronto sintió un leve mareo y su vista se nublo un poco.
—¿Se encuentra bien, mi señor? —A pesar de ser algo de tan solo un segundo, no pasó desapercibido para la guardiana.
—No hay problema, es solo que… Estoy un poco cansado. —Ya tenía bastante rato con el Henge no Jutsu activo y comenzaba a sentirse un tanto desgastado.
—Deberíamos volver al hospital, el día es bastante caluroso y aun no se ha recuperado por completo.
—Bueno… —suspiro, aceptando que Naomi tenía razón—. El tiempo se pasa volando cuando se está en buena compañía.
—Si… De algún modo lo entiendo, Mogura-san. —Ella creía que era como con las personas de mucho dinero; En ocasiones, y aunque no hiciese falta, necesitaban demostrar que tan poderosos eran para que los demás supieran en qué posición se encontraban.
El de cabellos blancos se permitió el pensar en aquello por unos instantes «Ciertamente, tal espectáculo tiene tanto sus pro como sus contra.» De todas formas él no era del tipo al que le gustara ir por la vida presumiendo sus habilidades. Sabía que le pasaba a aquellos que tenían como costumbre el manejar todo haciendo uso de exhibiciones de fuerza. Lo sabía bien, pues ya había hecho caer a muchos que pecaban de no ser discretos y humildes con su poder «Aunque…» Como alguien que había estado en las calles, era consciente de que en momentos difíciles no se puede mostrar ni un ápice de debilidad. Al menos se tiene que ocultar y en ocasiones lo mejor para conseguir aquello, y para lograr la paz, era una simple y vulgar baladronada.
De pronto sintió un leve mareo y su vista se nublo un poco.
—¿Se encuentra bien, mi señor? —A pesar de ser algo de tan solo un segundo, no pasó desapercibido para la guardiana.
—No hay problema, es solo que… Estoy un poco cansado. —Ya tenía bastante rato con el Henge no Jutsu activo y comenzaba a sentirse un tanto desgastado.
—Deberíamos volver al hospital, el día es bastante caluroso y aun no se ha recuperado por completo.
—Bueno… —suspiro, aceptando que Naomi tenía razón—. El tiempo se pasa volando cuando se está en buena compañía.