29/08/2016, 22:56
Katomi esperó respuesta, mas el chico no tardó demasiado en darla. Anunció que el piso que tenía en mente era el número siete si mal no recordaba, pero que de seguro era uno de los primeros, que para nada pasaba de los diez pisos. La chica se llevó la mano al mentón, intentando descifrar cual pudiese ser el piso del que hablaba. La verdad, si no soltaba prenda, era difícil saber qué piso buscaba, o de qué se trataba. Pero Mogura no tardó en dar referencias del sitio que buscaba, se trataba de un piso de entrenamiento de taijutsu y bukijutsu básico. Bueno, eso en propósito de entrenamiento del piso, realmente usos tenía miles.
—Si, ya recuerdo ese nivel... Pero te confundes, es el piso número seis. Estoy completamente segura, ya pasé por él unas cuantas veces.— Espetó la Sarutobi.
Pero para sorpresa de la chica, Mogura no tenía en mente dejar el encuentro en solamente un combate; tenía planteado un calentamiento, y que tras éste calentamiento fuesen a otro lugar para el autentico entrenamiento. Proponiendo ésto, remarcó que así la Sarutobi podría mostrarle el piso que ella tenía en mente. Pero... había algo en que se equivocaba.
«¿El piso... que tengo... en mente? ¿De qué habla?»
La chica lo miró por un instante intrigada, no tenía ni idea de qué estaba hablando. Echó a reír, y se llevó las manos tras la nuca. —No tenía ningún piso en mente, la verdad. Me parece bien el que dijiste, podemos entrenar sin demasiados obstáculos.
Entre tanto, ya habían alcanzado por el corredor la posición del elevador. Solo habían dos, y se encontraban al final, al inicio habían unas escaleras por las cuales avanzaban piso a piso los desafiantes; pero ambos tenían un objetivo diferente, un mero enfrentamiento, no iban a competir por quién subía mas pisos.
—Si no recuerdo mal, el piso siete era el de los tocones de madera, el piso ése para comprobar el equilibrio saltando de tocón en tocón. ¿Confías en mi?— Preguntó antes de montar al ascensor. La chica quedó a esperas de la respuesta de Mogura, con el índice a punto de presionar el botón número 6. —¿eh?
Ante todo, permanecía con una sonrisa en el rostro.
—Si, ya recuerdo ese nivel... Pero te confundes, es el piso número seis. Estoy completamente segura, ya pasé por él unas cuantas veces.— Espetó la Sarutobi.
Pero para sorpresa de la chica, Mogura no tenía en mente dejar el encuentro en solamente un combate; tenía planteado un calentamiento, y que tras éste calentamiento fuesen a otro lugar para el autentico entrenamiento. Proponiendo ésto, remarcó que así la Sarutobi podría mostrarle el piso que ella tenía en mente. Pero... había algo en que se equivocaba.
«¿El piso... que tengo... en mente? ¿De qué habla?»
La chica lo miró por un instante intrigada, no tenía ni idea de qué estaba hablando. Echó a reír, y se llevó las manos tras la nuca. —No tenía ningún piso en mente, la verdad. Me parece bien el que dijiste, podemos entrenar sin demasiados obstáculos.
Entre tanto, ya habían alcanzado por el corredor la posición del elevador. Solo habían dos, y se encontraban al final, al inicio habían unas escaleras por las cuales avanzaban piso a piso los desafiantes; pero ambos tenían un objetivo diferente, un mero enfrentamiento, no iban a competir por quién subía mas pisos.
—Si no recuerdo mal, el piso siete era el de los tocones de madera, el piso ése para comprobar el equilibrio saltando de tocón en tocón. ¿Confías en mi?— Preguntó antes de montar al ascensor. La chica quedó a esperas de la respuesta de Mogura, con el índice a punto de presionar el botón número 6. —¿eh?
Ante todo, permanecía con una sonrisa en el rostro.