30/08/2016, 01:52
Aquellas cuatro personas seguían zarandeando al joven Aburame de un lado a otro, parecía que Satoru no iba a tener otra salida más que resolver este problema por las malas ya que aquellas personas solo quería sacar provecho de un turista.
Supongo que esto no se puede resolver por las buenas, tendrá que ser por las mal…
Antes de poder hacer algo contra aquellos rufianes que le intentaban robar, un fuerte viento lo envió a volar un par de metros por encima de uno de los bancos del lugar y para cuando puedo percatarse de lo que había sucedido, una persona parecía estar queriéndole moverlo a la fuerza o intentar mantearle la mochila, pero si hubiera pasado este ultimo no lo estarían llevando a la fuerzo. El genin de Takigakure hizo un pequeño esfuerzo para poder acomodarse e intentar seguirle el paso a la persona que lo estaba sacando de aquel embrollo.
―Gracias — Diria Satoru en voz baja, ya que gracias a aquella persona pudo safar sin necesidad de recurrir a la violencia, es mas se podria haber metido en un lío bastante grande si hubiera terminado enfrentando a civiles siendo extranjero en aquel lugar.
Aquella persona de cabellera negra, piel clara y contextura delgada, con una de sus manos había agarrado la mochila del Aburame y con la otra movía su cabello mostrando la bandana que llevaba en su frente, un shinobi de Amegakure lo había sacado de aquel problema.
Satoru ya le seguía el paso sin problemas, se encontraba en deuda con aquel shinobi y como no sabia de que manera se la pagaria, intentaria entablar una conversación con él para demostrar que se encontraba muy agradecido por aquello.
― Soy Aburame Satoru, nuevamente te agradezco por lo de recién... si no fuera por ti quien sabe como hubiera terminado ese asunto... Por cierto necesito otro favor, ¿Me podrías decir donde queda la posada “El hielo perpetuo”? Llevo horas dando vueltas por la ciudad sin poder encontrarla.— Por lo menos ahora no prestaba mucha atención de los alrededores, además no quería mirar hacia atrás sabiendo que podía llamar la atención de aquellos bravucones nuevamente.
Supongo que esto no se puede resolver por las buenas, tendrá que ser por las mal…
Antes de poder hacer algo contra aquellos rufianes que le intentaban robar, un fuerte viento lo envió a volar un par de metros por encima de uno de los bancos del lugar y para cuando puedo percatarse de lo que había sucedido, una persona parecía estar queriéndole moverlo a la fuerza o intentar mantearle la mochila, pero si hubiera pasado este ultimo no lo estarían llevando a la fuerzo. El genin de Takigakure hizo un pequeño esfuerzo para poder acomodarse e intentar seguirle el paso a la persona que lo estaba sacando de aquel embrollo.
―Gracias — Diria Satoru en voz baja, ya que gracias a aquella persona pudo safar sin necesidad de recurrir a la violencia, es mas se podria haber metido en un lío bastante grande si hubiera terminado enfrentando a civiles siendo extranjero en aquel lugar.
Aquella persona de cabellera negra, piel clara y contextura delgada, con una de sus manos había agarrado la mochila del Aburame y con la otra movía su cabello mostrando la bandana que llevaba en su frente, un shinobi de Amegakure lo había sacado de aquel problema.
Satoru ya le seguía el paso sin problemas, se encontraba en deuda con aquel shinobi y como no sabia de que manera se la pagaria, intentaria entablar una conversación con él para demostrar que se encontraba muy agradecido por aquello.
― Soy Aburame Satoru, nuevamente te agradezco por lo de recién... si no fuera por ti quien sabe como hubiera terminado ese asunto... Por cierto necesito otro favor, ¿Me podrías decir donde queda la posada “El hielo perpetuo”? Llevo horas dando vueltas por la ciudad sin poder encontrarla.— Por lo menos ahora no prestaba mucha atención de los alrededores, además no quería mirar hacia atrás sabiendo que podía llamar la atención de aquellos bravucones nuevamente.