El chico soltó un comentario con tono irónico, y no tardó en jactarse de que podría haber dado una lección a los tres tipos de antes. Según decía, ya tenía sus puntos de chakra localizados, los habría sellado y luego les habría pateado. Pero lo que decía no tenía sentido alguno, al menos no para alguien que no sabía demasiado de Fuinjutsu, y mucho menos del Byakugan, o mejor dicho, sus funciones. La verdad, la cara de la chica sería en ese instante todo un poema.
«¿Sellar los puntos de chakra? ¿Para qué querría hacerle eso a unos tarados que no saben ni ninjutsu? Que tipo mas raro... Se está marcando un farol como un castillo de grande. En realidad... no para de soltar mentiras... ¿no?»
La chica bebió un sorbo mas de su vodka. Mientras meditaba levemente qué decir ante tal comentario, pero antes de que eso sucediese, el chico terminó por acatar la responsabilidad que tiempo atrás lo perseguía. Terminó por disculparse por lo que había pasado anteriormente, obviamente ser referiría a lo del tabaco, y halagó la astucia del disfraz de anciano.
A todo ésto, la espectadora logró entender que los chicos si que se conocían desde antes. Ella no sabía nada de la trifulca, ni de cuanto tiempo llevaban éstos conociéndose. Realmente tampoco le venía importando, ni tampoco le habían llegado a mentir. Apenas se habían conocido, ni tan siquiera sabía el nombre del chico.
—Muchas gracias... supongo... jajaja.— Espetó con una sonrisa.
»La verdad, no nos conocemos. Simplemente nos vimos al salir del tren, nada mas. No sé ni su nombre, para que te hagas a la idea.— Contestó poco después a la chica. Ciertamente, tampoco quería refregar un pequeño error cometido. Al menos se había dado cuenta y había rectificado. Es de sabios corregirse.
—Por cierto, la mochila esa... está al lado del mostrador. Cuando salgas puedes tomarla.— Inquirió al chico de nuevo.
«¿Sellar los puntos de chakra? ¿Para qué querría hacerle eso a unos tarados que no saben ni ninjutsu? Que tipo mas raro... Se está marcando un farol como un castillo de grande. En realidad... no para de soltar mentiras... ¿no?»
La chica bebió un sorbo mas de su vodka. Mientras meditaba levemente qué decir ante tal comentario, pero antes de que eso sucediese, el chico terminó por acatar la responsabilidad que tiempo atrás lo perseguía. Terminó por disculparse por lo que había pasado anteriormente, obviamente ser referiría a lo del tabaco, y halagó la astucia del disfraz de anciano.
A todo ésto, la espectadora logró entender que los chicos si que se conocían desde antes. Ella no sabía nada de la trifulca, ni de cuanto tiempo llevaban éstos conociéndose. Realmente tampoco le venía importando, ni tampoco le habían llegado a mentir. Apenas se habían conocido, ni tan siquiera sabía el nombre del chico.
—Muchas gracias... supongo... jajaja.— Espetó con una sonrisa.
»La verdad, no nos conocemos. Simplemente nos vimos al salir del tren, nada mas. No sé ni su nombre, para que te hagas a la idea.— Contestó poco después a la chica. Ciertamente, tampoco quería refregar un pequeño error cometido. Al menos se había dado cuenta y había rectificado. Es de sabios corregirse.
—Por cierto, la mochila esa... está al lado del mostrador. Cuando salgas puedes tomarla.— Inquirió al chico de nuevo.