31/08/2016, 16:41
(Última modificación: 31/08/2016, 16:43 por Manase Mogura.)
Sin duda alguna ver lluvia en Amegakure es algo que solo pasa una vez en la vida. Tras un par de comentarios por parte de cada uno que los harían parecer un par de locos a los ojos de un pasajero normal y aburrido, pasaron a tocar muy por encima el cumpleaños de la muchacha de ojos rojos.
Con una mano en la nuca la kunoichi comentaría que ya habría pasado, en el Verano que hacía poco se habría despedido para darle lugar al comienzo del Otoño. Y que ademas de no tener la costumbre de celebrarlo, tampoco iba a comentarle su edad, acompañando eso ultimo con un gesto que a Mogura le resultó graciosamente desafiante.
Oh... Ahora tendré que dedicar el resto de mi vida a averiguar tu edad y hacer el pastel de cumpleaños mas grande que el mundo haya visto.
Comentó entre risas mientras daba los primeros pasos en dirección al interior del piso.
Al final de un pequeño pasillo con el piso bastante duro había un pequeño espacio para depositar el calzado, un escalón marcaba el comienzo del piso de tablones de madera bastante cuidado y dos paneles corredizos tradicionales. Mogura se aproximó hasta el mueble y tomando asiento un par de segundos en el escalón, se quitó el calzado.
La temática del lugar es similar a un dojo, parte de la etiqueta consiste en estar descalzo sobre el piso.
Dijo poniéndose de pie y dejando a un costado el paraguas, desde luego no le sería muy útil ahí dentro. Lo siguiente en hacer sería abrir las puertas y dar unos pasos hacía el interior del piso como tal.
Lo primero que se podría apreciar seria un amplio espacio rectangular, como de 10m. por 20m. La pared contraria a donde habían entrado, uno los lados mas amplios estaba prácticamente constituido completamente por mas de esas puertas corredizas tradicionales. Los genin ingresarían por una de las esquinas adyacentes a uno de los muros mas pequeños, teniendo que sortear todo el largo del piso para llegar al otro extremo.
En estos tres muros restantes había de todo, shuriken de todos los tamaños, armas de madera que replicaban a armas de filo que se encontraban a pocos metros, incluso en el muro mas alejado había un pequeño mueble con sus puertas abiertas de par en par que dejaba ver una armadura samurai junto a un atril con tres espadas de diferentes longitudes, las típicas de esos guerreros.
Una serie de muñecos de tatami enrollado se encontraban amontonados en una de las esquinas mas alejadas, todos apilados y disponibles para el libre uso.
Todo el arsenal del mundo shinobi debe estar aquí...
Hizo un pequeño comentario al margen, el lugar realmente impactaba la primera vez al verlo pero siempre era interesante ver las armas colgadas en la pared.
Con una mano en la nuca la kunoichi comentaría que ya habría pasado, en el Verano que hacía poco se habría despedido para darle lugar al comienzo del Otoño. Y que ademas de no tener la costumbre de celebrarlo, tampoco iba a comentarle su edad, acompañando eso ultimo con un gesto que a Mogura le resultó graciosamente desafiante.
Oh... Ahora tendré que dedicar el resto de mi vida a averiguar tu edad y hacer el pastel de cumpleaños mas grande que el mundo haya visto.
Comentó entre risas mientras daba los primeros pasos en dirección al interior del piso.
Al final de un pequeño pasillo con el piso bastante duro había un pequeño espacio para depositar el calzado, un escalón marcaba el comienzo del piso de tablones de madera bastante cuidado y dos paneles corredizos tradicionales. Mogura se aproximó hasta el mueble y tomando asiento un par de segundos en el escalón, se quitó el calzado.
La temática del lugar es similar a un dojo, parte de la etiqueta consiste en estar descalzo sobre el piso.
Dijo poniéndose de pie y dejando a un costado el paraguas, desde luego no le sería muy útil ahí dentro. Lo siguiente en hacer sería abrir las puertas y dar unos pasos hacía el interior del piso como tal.
Lo primero que se podría apreciar seria un amplio espacio rectangular, como de 10m. por 20m. La pared contraria a donde habían entrado, uno los lados mas amplios estaba prácticamente constituido completamente por mas de esas puertas corredizas tradicionales. Los genin ingresarían por una de las esquinas adyacentes a uno de los muros mas pequeños, teniendo que sortear todo el largo del piso para llegar al otro extremo.
En estos tres muros restantes había de todo, shuriken de todos los tamaños, armas de madera que replicaban a armas de filo que se encontraban a pocos metros, incluso en el muro mas alejado había un pequeño mueble con sus puertas abiertas de par en par que dejaba ver una armadura samurai junto a un atril con tres espadas de diferentes longitudes, las típicas de esos guerreros.
Una serie de muñecos de tatami enrollado se encontraban amontonados en una de las esquinas mas alejadas, todos apilados y disponibles para el libre uso.
Todo el arsenal del mundo shinobi debe estar aquí...
Hizo un pequeño comentario al margen, el lugar realmente impactaba la primera vez al verlo pero siempre era interesante ver las armas colgadas en la pared.