Por sus propios motivos, o quizás por el mismo motivo que la chica, Mogura terminó aceptando el no tomar armas de la sala. No lo dijo con palabras, pero reafirmó con la cabeza en gesto afirmativo cuando la kunoichi lo propuso. No mucho mas tarde que la chica, también terminó diciendo que también estaba listo. Al igual que ella, él también comenzó a calentar brevemente.
La kunoichi sonrió, estaba emocionada ante el encuentro, y casi no sabía como expresarlo. Sus orbes brillaban, estaba realmente ilusionada. Ante ella, su compañero y contrincante hizo una leve reverencia, a la par que se daba a sí mismo una breve presentación. La verdad, esa acción dejó un poco helada a la Sarutobi... ¿Por qué lo había hecho? Nadie mas estaba allí presente, y ambos se conocían ya bastante. A su parecer, esa presentación sobraba.
De pronto, las miradas se enfrentaron. Los orbes del médico se hincaron en los de la chica, y los túmulos de sangre que hacían función de orbes a la kunoichi se hincaron en los del chico. Por un momento, las sonrisas se apagaron. Tan solo quedó silencio en el aire, un aire en el que casi se podía palpar la tensión entre ambos.
La chica alzó los puños, y adoptó una posición casi en horizontal hacia donde se encontraba Mogura. Sus pies se dispusieron en 45º y 180º respectivamente, siendo el de mayor angulación el trasero, y quedando éste levemente alzado por la parte del tobillo. Sus manos salvaguardaban la compostura con el puño adelantado cerrado, y el mas cercano abierto levemente. Sus orbes no habían cesado de mirar a su oponente. —Pues bien, vamos allá.
» No pienses que voy a ser suave porque seamos amigos.— Advirtió por últimas. Flexionó un poco las rodillas, y comenzó a correr hacia Mogura a toda velocidad. Iba directa y sin titubeos, ni se molestó en hacer zig-zag o algún tipo de finta por el camino.
« Siendo médico, seguro que tiene ventaja si le dejo muchos espacios de tiempo suelto para curarse a sí mismo. No debo dejarlo descansar. Supongo que eso es clave para ganar... »
Una vez recortó la breve distancia, se lanzó a dar un puñetazo con la diestra directamente al rostro del chico. Evidentemente, estaba totalmente pendiente a la acometida que iba a haber en su contra, no podía saber la reacción del chico, pero era mas que obvio. Después de todo, era un combate. Por la misma posición suya de combate, salvaguardaba la zurda mas cercana a su cuerpo, ocultándola levemente de la vista de su oponente.
Vida–
Chakra–
—Objetos:
* Ninguna AO *
La kunoichi sonrió, estaba emocionada ante el encuentro, y casi no sabía como expresarlo. Sus orbes brillaban, estaba realmente ilusionada. Ante ella, su compañero y contrincante hizo una leve reverencia, a la par que se daba a sí mismo una breve presentación. La verdad, esa acción dejó un poco helada a la Sarutobi... ¿Por qué lo había hecho? Nadie mas estaba allí presente, y ambos se conocían ya bastante. A su parecer, esa presentación sobraba.
De pronto, las miradas se enfrentaron. Los orbes del médico se hincaron en los de la chica, y los túmulos de sangre que hacían función de orbes a la kunoichi se hincaron en los del chico. Por un momento, las sonrisas se apagaron. Tan solo quedó silencio en el aire, un aire en el que casi se podía palpar la tensión entre ambos.
La chica alzó los puños, y adoptó una posición casi en horizontal hacia donde se encontraba Mogura. Sus pies se dispusieron en 45º y 180º respectivamente, siendo el de mayor angulación el trasero, y quedando éste levemente alzado por la parte del tobillo. Sus manos salvaguardaban la compostura con el puño adelantado cerrado, y el mas cercano abierto levemente. Sus orbes no habían cesado de mirar a su oponente. —Pues bien, vamos allá.
» No pienses que voy a ser suave porque seamos amigos.— Advirtió por últimas. Flexionó un poco las rodillas, y comenzó a correr hacia Mogura a toda velocidad. Iba directa y sin titubeos, ni se molestó en hacer zig-zag o algún tipo de finta por el camino.
« Siendo médico, seguro que tiene ventaja si le dejo muchos espacios de tiempo suelto para curarse a sí mismo. No debo dejarlo descansar. Supongo que eso es clave para ganar... »
Una vez recortó la breve distancia, se lanzó a dar un puñetazo con la diestra directamente al rostro del chico. Evidentemente, estaba totalmente pendiente a la acometida que iba a haber en su contra, no podía saber la reacción del chico, pero era mas que obvio. Después de todo, era un combate. Por la misma posición suya de combate, salvaguardaba la zurda mas cercana a su cuerpo, ocultándola levemente de la vista de su oponente.
Estado de Katomi
Vida
120/120
0
–Chakra
150/150
0
–—Objetos:
- Bandana ninja [Cintura]
- Portaobjetos básico (2/10) [Muslo derecho]
- Kunai (2) [Portaobjetos]
* Ninguna AO *