5/09/2016, 16:17
Era un hecho. Mi primera misión como shinobi había sido una perfecta pérdida de tiempo. La incompetencia de algunos me había golpeado de frente y una parte de mí estaba furiosa. ardía en deseos de haber tenido la oportunidad de impresionar, hacer algo útil...
Sentía la necesidad de dejarme llevar. Ir a donde me llevasen las piernas. Por aquella razón fue que volví al lugar donde la misión se fue a la porra y me subí al primer ferry con el que me topé.
— Que sea lo que Dios quiera
La Mediana Roja. Así llamaron a aquella isla que era nuestro destino. Cercanas a Uzushiogakure, el viaje no fue eterno ni mucho menos y se dejaba entrever un bosque de dimensiones razonables y una pequeña población, la única que alcanzaba a ver con la vista.
Una vez bajo el barco, me dispuse a caminar, todos íbamos dirección a aquel portón de madera que daba acceso a la civilización, la gente nativa nos daba la bienvenida al mismo tiempo que nos deseaba una feliz estancia por aquellos lares, la verdad es que parecían gente que disfrutaba de la visita de extranjeros y viajeros.
Ya dentro del pueblo pude ver como nada más llegar uno se topaba con un hostal, por lo menos así rezaba aquel enorme cartel que indicaba que allí se disponía de habitaciones donde pasar la noche. Me iría bien saberlo, por si se alargaba demasiado mi visita y en ese caso que pasase la noche allí. Pero hubo algo que me llamó la atención. De hecho, el bello se puso de punto y adopté la misma piel que tiene una gallina. Incluso un escalofrío recorrió el espinazo.
— Joder..
Era un periódico y la noticia que ilustraba desde el suelo era escalofriante.
*Hagoromo-sama tenía razón... Ya están en marcha* me dije para mis adentros mientras sostenía aquel montón de papel que anunciaba la peor de las noticias.
Tuve la necesidad imperiosa de tomarme uno de mis caramelos así que eso fue lo que hice. Uno de limón en este caso. Delicioso.
Pero no podía apartar la mirada de aquellas pocas frases extraídas de vete tu a saber de qué lugar del mundo.
Suspiré profundo.
Sentía la necesidad de dejarme llevar. Ir a donde me llevasen las piernas. Por aquella razón fue que volví al lugar donde la misión se fue a la porra y me subí al primer ferry con el que me topé.
— Que sea lo que Dios quiera
···
La Mediana Roja. Así llamaron a aquella isla que era nuestro destino. Cercanas a Uzushiogakure, el viaje no fue eterno ni mucho menos y se dejaba entrever un bosque de dimensiones razonables y una pequeña población, la única que alcanzaba a ver con la vista.
Una vez bajo el barco, me dispuse a caminar, todos íbamos dirección a aquel portón de madera que daba acceso a la civilización, la gente nativa nos daba la bienvenida al mismo tiempo que nos deseaba una feliz estancia por aquellos lares, la verdad es que parecían gente que disfrutaba de la visita de extranjeros y viajeros.
Ya dentro del pueblo pude ver como nada más llegar uno se topaba con un hostal, por lo menos así rezaba aquel enorme cartel que indicaba que allí se disponía de habitaciones donde pasar la noche. Me iría bien saberlo, por si se alargaba demasiado mi visita y en ese caso que pasase la noche allí. Pero hubo algo que me llamó la atención. De hecho, el bello se puso de punto y adopté la misma piel que tiene una gallina. Incluso un escalofrío recorrió el espinazo.
— Joder..
Era un periódico y la noticia que ilustraba desde el suelo era escalofriante.
Envío esta nota urgente para informar al mundo de los horribles planes que se están llevando a cabo aquí. ¡Es increíble! No sé si voy a poder salir vivo de aquí, porque me consta que ya andan detrás de mí. ¡Están por toda la ciudad!
Aquí se está preparando algo gordo, y lo peor es que no nos habíamos enterado de nada. ¡Estaban ahí, delante de nuestras narices! Escribo este mensaje desde el País d...
Aquí se está preparando algo gordo, y lo peor es que no nos habíamos enterado de nada. ¡Estaban ahí, delante de nuestras narices! Escribo este mensaje desde el País d...
*Hagoromo-sama tenía razón... Ya están en marcha* me dije para mis adentros mientras sostenía aquel montón de papel que anunciaba la peor de las noticias.
Tuve la necesidad imperiosa de tomarme uno de mis caramelos así que eso fue lo que hice. Uno de limón en este caso. Delicioso.
Pero no podía apartar la mirada de aquellas pocas frases extraídas de vete tu a saber de qué lugar del mundo.
Suspiré profundo.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa