7/09/2016, 20:50
Ni el viento ni el fuego eran demasiado diestros en el taijutsu, pero eso solo significaba que estaban realmente equilibrados en el arte del combate cuerpo a cuerpo. Para ambos, el golpe había sido algo ejemplar, una cosa que no querían repetir de nuevo sin justificación alguna. Obvio, ¿A quién le gusta un golpe que corte el aliento? —Nadie.— La verdad era simple, por poco adiestrados en taijutsu, los golpes seguían siendo golpes.
Frente a la chica, Mogura parecía afligido también por el golpe. La Sarutobini ni tan siquiera se había dado cuenta de que su golpe había acertado; se centraba tanto en reponerse del recibido, que ni había sido consciente de su acierto.
La peliblanca alcanzó a mirar su puño zurdo, y lo abrió y cerró un par de veces. Hasta cierto punto, el golpe le había llegado por sorpresa, ni tan siquiera había notado el impacto. La verdad, era cosa rara, normalmente había de notarlo; por muy metida en el fragor de la batalla que se encontrase. Sin embargo, no debía perder de vista el motivo que los hacía luchar. Debían ganar experiencia en combate, tanto por ella misma como por su compañero. De nuevo, su vista se clavó en Mogura.
El chico inquirió que la fuerza de la Sarutobi al golpear tampoco se quedaba atrás. Incluso pareció remover sangre al pasarse la mano por la boca. Sin duda alguna, el color carmín florecía de sus labios. ¿Acaso se había mordido al ser golpeado? Diablos, quizás debía apuntar a otras zonas que no fuesen el rostro, ésto era tan solo un entrenamiento después de todo...
—Oye... ¿estás bien, Mogura?— Preguntó la kunoichi, dejando de lado por un momento su dolencia así como su guardia. —Tienes sangre en el labio...
La verdad, no había podido evitar la preocupación. Ciertamente, no había podido ser demasiado fuerte el golpe... pero no estaba segura de hasta que punto el chico estaba acostumbrado a los golpes. Ella ya estaba bien experimentada en eso, sus cicatrices eran señal de ello, pero Mogura... En fin, tampoco era cosa de pasarse de la raya.
«¿No se te está yendo un poco la pinza con éste chico...? En serio tía, ha sido tan solo un puñetazo... nadie muere por un puñetazo. ¡Déjate de ñoñerías!»
Consciente totalmente de ello, la chica terminó por apretar los puños. Pero no podía hacer mucho mas, ya había soltado las palabras, y por mucho que le gustase negarlo... las palabras no se las lleva el viento. Solo le quedaba ver si Mogura estaba dispuesto a continuar el combate. Oraba porque fuese así.
Vida–
Chakra–
—Objetos:
* Ninguna AO *
Frente a la chica, Mogura parecía afligido también por el golpe. La Sarutobini ni tan siquiera se había dado cuenta de que su golpe había acertado; se centraba tanto en reponerse del recibido, que ni había sido consciente de su acierto.
La peliblanca alcanzó a mirar su puño zurdo, y lo abrió y cerró un par de veces. Hasta cierto punto, el golpe le había llegado por sorpresa, ni tan siquiera había notado el impacto. La verdad, era cosa rara, normalmente había de notarlo; por muy metida en el fragor de la batalla que se encontrase. Sin embargo, no debía perder de vista el motivo que los hacía luchar. Debían ganar experiencia en combate, tanto por ella misma como por su compañero. De nuevo, su vista se clavó en Mogura.
El chico inquirió que la fuerza de la Sarutobi al golpear tampoco se quedaba atrás. Incluso pareció remover sangre al pasarse la mano por la boca. Sin duda alguna, el color carmín florecía de sus labios. ¿Acaso se había mordido al ser golpeado? Diablos, quizás debía apuntar a otras zonas que no fuesen el rostro, ésto era tan solo un entrenamiento después de todo...
—Oye... ¿estás bien, Mogura?— Preguntó la kunoichi, dejando de lado por un momento su dolencia así como su guardia. —Tienes sangre en el labio...
La verdad, no había podido evitar la preocupación. Ciertamente, no había podido ser demasiado fuerte el golpe... pero no estaba segura de hasta que punto el chico estaba acostumbrado a los golpes. Ella ya estaba bien experimentada en eso, sus cicatrices eran señal de ello, pero Mogura... En fin, tampoco era cosa de pasarse de la raya.
«¿No se te está yendo un poco la pinza con éste chico...? En serio tía, ha sido tan solo un puñetazo... nadie muere por un puñetazo. ¡Déjate de ñoñerías!»
Consciente totalmente de ello, la chica terminó por apretar los puños. Pero no podía hacer mucho mas, ya había soltado las palabras, y por mucho que le gustase negarlo... las palabras no se las lleva el viento. Solo le quedaba ver si Mogura estaba dispuesto a continuar el combate. Oraba porque fuese así.
Estado de Katomi
Vida
108/120
0
–Chakra
150/150
0
–—Objetos:
- Bandana ninja [Cintura]
- Portaobjetos básico (2/10) [Muslo derecho]
- Kunai (2) [Portaobjetos]
* Ninguna AO *