7/09/2016, 22:15
Ciertamente Mogura era una persona que no pasaba todo el tiempo que podría necesitar en los salones de entrenamiento de la academia, pero tampoco era un frasco de cristal que de un golpecito se vuelve añicos. No esperaba nada menos que llevarse un buen par de moretones de esa experiencia con la Sarutobi.
Se sorprendió un poco por la reacción de su compañera y amiga, a pesar de haber comenzado el combate y haber hecho un intercambio de golpes donde no había salido ilesa, no pudo evitar mostrar cierta preocupación por él. Su tono de voz y el hecho de que dejara su guardia durante un instante fueron suficientes para confiar en sus palabras.
Uno no se enfrenta a Sarutobi Katomi sin llevarse un par de golpes como estos a casa.
Contestó con una ligera sonrisa en el rostro para luego pasarse rápidamente la diestra por la comisura de los labios limpiándose ligeramente la sangre.
De todas maneras, aprecio tu preocupación. Sigamos.
Como si de una pausa dramática en medio de un combate entre un shinobi y su objetivo se tratase, ya habiendo dicho lo que tenia que decirse no había otra que seguir con los golpes. Tras ver a la kunoichi retomar su guardia y él hacer lo mismo lanzo un corto grito de guerra y se dispuso a tomar la ofensiva.
¡Osu!
Dando pasos largos sin despegar la plata de los pies del piso recortó la distancia que los separaba, por el momento la estrategia de Mogura seguía siendo la misma, mantenerse cerca de la kunoichi y evitar darle el tiempo suficiente de realizar cualquier secuencia de sellos posible.
¡Vamos, Princesa dragón!
Dijo animando a su contrincante y marcando una de las diferencias entre un entrenamiento y un combate real, en un enfrentamiento real uno no se supone que aliente al otro a pelear mejor pero practicando entre aliados no era algo que sobrara. Demás estaba aclarar que aquel apodo le terminaría gustando lo suficiente como para repetirlo varias veces.
PV–
CK–
—Objetos:
* Ninguna AO *
Se sorprendió un poco por la reacción de su compañera y amiga, a pesar de haber comenzado el combate y haber hecho un intercambio de golpes donde no había salido ilesa, no pudo evitar mostrar cierta preocupación por él. Su tono de voz y el hecho de que dejara su guardia durante un instante fueron suficientes para confiar en sus palabras.
Uno no se enfrenta a Sarutobi Katomi sin llevarse un par de golpes como estos a casa.
Contestó con una ligera sonrisa en el rostro para luego pasarse rápidamente la diestra por la comisura de los labios limpiándose ligeramente la sangre.
De todas maneras, aprecio tu preocupación. Sigamos.
Como si de una pausa dramática en medio de un combate entre un shinobi y su objetivo se tratase, ya habiendo dicho lo que tenia que decirse no había otra que seguir con los golpes. Tras ver a la kunoichi retomar su guardia y él hacer lo mismo lanzo un corto grito de guerra y se dispuso a tomar la ofensiva.
¡Osu!
Dando pasos largos sin despegar la plata de los pies del piso recortó la distancia que los separaba, por el momento la estrategia de Mogura seguía siendo la misma, mantenerse cerca de la kunoichi y evitar darle el tiempo suficiente de realizar cualquier secuencia de sellos posible.
¡Vamos, Princesa dragón!
Dijo animando a su contrincante y marcando una de las diferencias entre un entrenamiento y un combate real, en un enfrentamiento real uno no se supone que aliente al otro a pelear mejor pero practicando entre aliados no era algo que sobrara. Demás estaba aclarar que aquel apodo le terminaría gustando lo suficiente como para repetirlo varias veces.
Estado de Mogura
PV
66/80
0
–CK
160/160
0
–—Objetos:
- Bandana ninja [Frente] [7 PV]
- Portaobjetos básico [Lado derecho de la cadera] [0/10]
- Kit médico [Lado derecho de la cadera junto al portaobjetos]
* Ninguna AO *