9/09/2016, 23:49
Luego de haberse presentado y de pedir indicaciones, Satoru termino siendo reprochado por aquella misma persona que lo saco en aquella situación por no actuar como lo haría un shinobi. El Aburame tenía su punto de vista de lo que paso, pero ese reproche no le molestaba, tampoco el que aquella persona no se presentara ya que esto último es algo Satoru suele hacer.
—Perdón por intentar resolverlo de una forma pacífica, personalmente no me gusta ser extranjero y pelear con el primer grupo de zánganos que encuentre.—
Satoru tenía una buena y una mala noticia, aquel chico también se dirigía a la misma posada pero había perdido su guía de cómo llegar al local. La misma situación de hace un rato le volvía a suceder al Aburame, perdido, sin saber a dónde ir, pero ahora por lo menos estaba acompañado.
—La verdad no se me ocurre que hacer, empecemos a movernos antes de que vuelvan…—
Pero en algo estaba seguro Satoru, si no se seguían alejando de la plaza, aquellas personas indeseables volverían a intentarían hacer alguna otra picardía. Parecía que la buena suerte no estaba de su lado, giro la cabeza para ver rápidamente hacia atrás y pudo ver que aquellos cuatro rufianes ya los estaban siguiendo.
—Parece que ya es tarde para eso, ya están detrás nuestro y no parecen querer irse con las manos vacías esta vez.— Satoru había empezado a hablar más bajo después de ver que lo seguían. —Espero que tengas algún otro plan— Parece que nada le iba a salir bien en este viaje al Aburame.
—Perdón por intentar resolverlo de una forma pacífica, personalmente no me gusta ser extranjero y pelear con el primer grupo de zánganos que encuentre.—
Satoru tenía una buena y una mala noticia, aquel chico también se dirigía a la misma posada pero había perdido su guía de cómo llegar al local. La misma situación de hace un rato le volvía a suceder al Aburame, perdido, sin saber a dónde ir, pero ahora por lo menos estaba acompañado.
—La verdad no se me ocurre que hacer, empecemos a movernos antes de que vuelvan…—
Pero en algo estaba seguro Satoru, si no se seguían alejando de la plaza, aquellas personas indeseables volverían a intentarían hacer alguna otra picardía. Parecía que la buena suerte no estaba de su lado, giro la cabeza para ver rápidamente hacia atrás y pudo ver que aquellos cuatro rufianes ya los estaban siguiendo.
—Parece que ya es tarde para eso, ya están detrás nuestro y no parecen querer irse con las manos vacías esta vez.— Satoru había empezado a hablar más bajo después de ver que lo seguían. —Espero que tengas algún otro plan— Parece que nada le iba a salir bien en este viaje al Aburame.