10/09/2016, 18:39
(Última modificación: 10/09/2016, 18:40 por Sasagani Yota.)
El golpe del cocinero me dio de lleno, como si me hubiese interpuesto en la trayectoria de una gacela huyendo despavorida.
— ¡No te quedes ahí mirando como un pasmarote!
El caramelo me saltó de la boca y se fue directamente al suelo, rompiéndose en miles de pedazos, lo cual me hizo enfurecer viendo como el muy capullo no se detuvo a preocuparse por mí, sino todo lo contrario.
— ¡Eh tu, gilipollas!
Traté de llamar su atención, pero fue en vano. Quien si se interesó fue un chico moreno que lucía la bandana de Uzushio en la frente, pero ni siquiera me sonaba.
— ¿Estás bien? — le preguntó, tratando de ayudarle — Creo que esto es tuyo...
— En realidad no, pero... ya que estamos, y viendo que somos del mismo lugar, lee lo que hay en portada
Mientras me reincorporaba esperaba que el chico leyese lo que había leído yo hacia unos instantes. aún tenía la piel erizada, no de forma tan evidente, pero aquella noticia me hizo sentir realmente incomodo y agobiado a la vez.
De pronto me vino a la mente el chico. ¡Claro! Coincidimos aquella fatídica noche en los templos abandonados y quizás también estuviese en el Torneo de los Dojos.
— Oye, tío, perdóname pero no caigo en tu nombre. Discúlpame. Yo soy Yota — me presenté al mismo tiempo que tendía mi mano para estrecharla con la suya.
— ¡No te quedes ahí mirando como un pasmarote!
El caramelo me saltó de la boca y se fue directamente al suelo, rompiéndose en miles de pedazos, lo cual me hizo enfurecer viendo como el muy capullo no se detuvo a preocuparse por mí, sino todo lo contrario.
— ¡Eh tu, gilipollas!
Traté de llamar su atención, pero fue en vano. Quien si se interesó fue un chico moreno que lucía la bandana de Uzushio en la frente, pero ni siquiera me sonaba.
— ¿Estás bien? — le preguntó, tratando de ayudarle — Creo que esto es tuyo...
— En realidad no, pero... ya que estamos, y viendo que somos del mismo lugar, lee lo que hay en portada
Mientras me reincorporaba esperaba que el chico leyese lo que había leído yo hacia unos instantes. aún tenía la piel erizada, no de forma tan evidente, pero aquella noticia me hizo sentir realmente incomodo y agobiado a la vez.
De pronto me vino a la mente el chico. ¡Claro! Coincidimos aquella fatídica noche en los templos abandonados y quizás también estuviese en el Torneo de los Dojos.
— Oye, tío, perdóname pero no caigo en tu nombre. Discúlpame. Yo soy Yota — me presenté al mismo tiempo que tendía mi mano para estrecharla con la suya.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
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