12/09/2016, 14:34
(Última modificación: 12/09/2016, 14:35 por Uzumaki Eri.)
Recordó mentalmente a Datsue, el muchacho de Takigakure que le había ayudado a salir de un pozo en el que casi se ahogan, además de haber sido... Bueno, mejor eso lo obviamos. ¡Y Noemi! Había gente muy agradable de Taki que no había conocido todavía y que le encantaría conocer, porque si todos eran tan agradables como ellos y Yoshimitsu, los añadiría a su lista.
Si existiese, claro.
— Si, me impactó mucho su presentación. Y sobre todo a su compañera Kumopansa, la araña parlanchina.
La sorpresa de Eri fue notable para su entorno, puesto que abrió los ojos más de lo normal para una persona, ¿una araña parlanchina? ¿Kumopansa? Que ella recordara, Yota solo sabía crear telas de araña, además de ser afín con el elemento raiton... ¿Pero que invocase arañas? ¿Sabía el kuchiyose?
—¿Sabes si hizo algo para invocarla... Ya sabes, como un jutsu de invocación? — Preguntó, agitada.
— Le pregunté dónde encontró a Kumpopansa...pero no me lo quiso decir...
—Vaya... — Misterio sin resolver, sin lugar a dudas. Ya le preguntaría ella cuando llegase a Uzushiogakure, o cuando se acordase, ya que su mente últimamente divagaba demasiado y disipaba los pensamientos importantes.
El tema cambió a uno más alegre, ya que el muchacho de Takigakure explicó con un entusiasmo notable que sí, era pintor, además de querer enseñar a Eri un retrato que había hecho del mismísimo Yota. La de cabellos azulados lo miró embobada, ya que para ser tan joven, tenía o bien un don natural para el arte, o bien llevaba practicando desde muy, pero que muy pequeño.
— Mira a ver que te parece, si quieres, te podría hacer uno a ti también. — Yoshimitsu sonrió a la joven después de decir aquellas palabras, haciendo que Eri se ruborizara levemente. ¿Ella plasmada en un lienzo? Lo estropearía, seguro.
— Yoshi-san, ¿puedo llamarte Yoshi-san? — Preguntó con voz tímida. — El dibujo me dice que eres un gran artista, ¿podría ver más? Y, bueno, no hace falta que me retrates a mí, sería un poco desperdicio... — Susurró, apenada.
Si existiese, claro.
— Si, me impactó mucho su presentación. Y sobre todo a su compañera Kumopansa, la araña parlanchina.
La sorpresa de Eri fue notable para su entorno, puesto que abrió los ojos más de lo normal para una persona, ¿una araña parlanchina? ¿Kumopansa? Que ella recordara, Yota solo sabía crear telas de araña, además de ser afín con el elemento raiton... ¿Pero que invocase arañas? ¿Sabía el kuchiyose?
—¿Sabes si hizo algo para invocarla... Ya sabes, como un jutsu de invocación? — Preguntó, agitada.
— Le pregunté dónde encontró a Kumpopansa...pero no me lo quiso decir...
—Vaya... — Misterio sin resolver, sin lugar a dudas. Ya le preguntaría ella cuando llegase a Uzushiogakure, o cuando se acordase, ya que su mente últimamente divagaba demasiado y disipaba los pensamientos importantes.
El tema cambió a uno más alegre, ya que el muchacho de Takigakure explicó con un entusiasmo notable que sí, era pintor, además de querer enseñar a Eri un retrato que había hecho del mismísimo Yota. La de cabellos azulados lo miró embobada, ya que para ser tan joven, tenía o bien un don natural para el arte, o bien llevaba practicando desde muy, pero que muy pequeño.
— Mira a ver que te parece, si quieres, te podría hacer uno a ti también. — Yoshimitsu sonrió a la joven después de decir aquellas palabras, haciendo que Eri se ruborizara levemente. ¿Ella plasmada en un lienzo? Lo estropearía, seguro.
— Yoshi-san, ¿puedo llamarte Yoshi-san? — Preguntó con voz tímida. — El dibujo me dice que eres un gran artista, ¿podría ver más? Y, bueno, no hace falta que me retrates a mí, sería un poco desperdicio... — Susurró, apenada.