15/09/2016, 10:58
— ¿Qué cómo? — Respondió de forma sonriente. — ¡Solo con tu sonrisa bastaría para dibujar mil lienzos!
—Bueno... — Contestó, nerviosa, mientras seguía con la mirada las acciones de Yoshimitsu, que se disponía a guardar sus preciadas obras y a tomar pincel, tinta y preparar demás cosas. La joven, sin embargo, tenía las manos temblorosas, ¿qué era eso de que la pintasen? A ella nunca le habían hecho un retrato, ¡y mira que tenía una vecina adicta a ello! No por nada tenía repleto el salón de imágenes de ella misma, o en las que salía su marido con ella... Y Eri que nunca se había hecho más de dos fotos...
— Tranquila — La voz de Yoshi la asaltó en sus pensamientos, haciendo que la pequeña pegase un brinco del susto. —Debes estar relajada... Natural... Yo haré el resto... — Mencionó el de Takigakure cuando ya comenzaba a trazar sobre el lienzo.
Eri tragó saliva y sonrió de forma tímida con las mejillas encendidas, mirando fijamente el lugar donde se plasmaría su rostro, hasta que notó como el artista invocaba un pequeño ratón de tinta que se posó grácilmente sobre su hombro. No pudo contener una sonrisa tierna, ¡si es que los animales pequeños eran muy monos!
— ¿No le tendrás miedo a los ratones? Es simplemente mi compañero de dibujo, no temas.
—¡Oh! No te preocupes, no me dan miedo. — Alegó restándole importancia al asunto mientras movía la cabeza de un lado a otro, de forma negativa para que el chico lo entendiese. Entonces, un silencio agradable se apoderó de la situación mientras, por un lado, Yoshimitsu se concentraba en su trabajo, y Eri se perdía en sus pensamientos.
Sin embargo, no pudo morderse la lengua.
— Esto... Yoshi-san... — Llamó. —¿A cuántas personas has retratado?
—Bueno... — Contestó, nerviosa, mientras seguía con la mirada las acciones de Yoshimitsu, que se disponía a guardar sus preciadas obras y a tomar pincel, tinta y preparar demás cosas. La joven, sin embargo, tenía las manos temblorosas, ¿qué era eso de que la pintasen? A ella nunca le habían hecho un retrato, ¡y mira que tenía una vecina adicta a ello! No por nada tenía repleto el salón de imágenes de ella misma, o en las que salía su marido con ella... Y Eri que nunca se había hecho más de dos fotos...
— Tranquila — La voz de Yoshi la asaltó en sus pensamientos, haciendo que la pequeña pegase un brinco del susto. —Debes estar relajada... Natural... Yo haré el resto... — Mencionó el de Takigakure cuando ya comenzaba a trazar sobre el lienzo.
Eri tragó saliva y sonrió de forma tímida con las mejillas encendidas, mirando fijamente el lugar donde se plasmaría su rostro, hasta que notó como el artista invocaba un pequeño ratón de tinta que se posó grácilmente sobre su hombro. No pudo contener una sonrisa tierna, ¡si es que los animales pequeños eran muy monos!
— ¿No le tendrás miedo a los ratones? Es simplemente mi compañero de dibujo, no temas.
—¡Oh! No te preocupes, no me dan miedo. — Alegó restándole importancia al asunto mientras movía la cabeza de un lado a otro, de forma negativa para que el chico lo entendiese. Entonces, un silencio agradable se apoderó de la situación mientras, por un lado, Yoshimitsu se concentraba en su trabajo, y Eri se perdía en sus pensamientos.
Sin embargo, no pudo morderse la lengua.
— Esto... Yoshi-san... — Llamó. —¿A cuántas personas has retratado?