23/09/2016, 23:02
—Casualmente este era el lugar que buscaba, pero bueno, no te quito más tu tiempo—Comentó redirigiendo su mirada hacia el Amegakuriense—Adelante —Dijo haciéndose a un lado para ceder el paso.
Pese a todo, el interlocutor de Reiji era una persona bastante rara a ojos de este. Primero hacia burlas sobre el muchacho de amegakure, para luego quitarse cuando se lo decían. Por otro lado, eso también parecía sospechoso. Acaso... ¿quería que pasara delante para apuñalarlo por la espalda? podría ser, pero había demasiada gente en la calle para eso. Y a no ser que fuere una especie de infiltrado que quisiera provocar una guerra entre la lluvia y la cascada...
"Te estas volviendo paranoico, seguro que solo es un gilipollas mas... deja de darle vueltas, entra ahí dentro y métete en la cama... te hace falta"
Pese a lo que acababa de decirse a si mismo, el joven todavía tenia sus dudas, que se acentuaron cuando al pasar, el joven de la otra villa entro tras de el. Aunque era verdad que había mencionado que estaba buscando precisamente ese lugar, a Reiji no le gustaba tenerlo a su espalda. Le daba muy mala espina.
Dentro, el local no era nada del otro mundo. Debido a las constantes lluvias del país, el lugar tenia el suelo hecho de piedra, puesto que al humedecerse la madera se hinchaba. Aquello debía ser algo poco común para alguien de fuera, pero era bastante frecuente que los edificios de la propia Amegakure fueran así. En las paredes, del mismo material, colgaban algunas pinturas de ríos y montañas nevadas, tal vez para hacer algo mas acogedor aquel gris lugar. Detrás del mostrador se encontraba una joven de unos treinta años con el pelo largo y rubio, de ojos azules y mirada distante, como si su mente estuviese en otro mundo.
—Buenas tardes... —Dijo la muchacha cuando se dio cuenta que habían entrado dos clientes.
Reiji se acercó al mostrador y escribió:
—"Quisiera una habitación para pasar la noche"
—Claro, pero solo nos queda una habitación con dos camas libres, tendrás que compartir...
—"Ni de coña, te pagare las dos camas"
—Esta bien, pues teniamos una habitación libre, pero ya no, lo siento mucho chico... —Dijo mirando al joven de la cascada
Pese a todo, el interlocutor de Reiji era una persona bastante rara a ojos de este. Primero hacia burlas sobre el muchacho de amegakure, para luego quitarse cuando se lo decían. Por otro lado, eso también parecía sospechoso. Acaso... ¿quería que pasara delante para apuñalarlo por la espalda? podría ser, pero había demasiada gente en la calle para eso. Y a no ser que fuere una especie de infiltrado que quisiera provocar una guerra entre la lluvia y la cascada...
"Te estas volviendo paranoico, seguro que solo es un gilipollas mas... deja de darle vueltas, entra ahí dentro y métete en la cama... te hace falta"
Pese a lo que acababa de decirse a si mismo, el joven todavía tenia sus dudas, que se acentuaron cuando al pasar, el joven de la otra villa entro tras de el. Aunque era verdad que había mencionado que estaba buscando precisamente ese lugar, a Reiji no le gustaba tenerlo a su espalda. Le daba muy mala espina.
Dentro, el local no era nada del otro mundo. Debido a las constantes lluvias del país, el lugar tenia el suelo hecho de piedra, puesto que al humedecerse la madera se hinchaba. Aquello debía ser algo poco común para alguien de fuera, pero era bastante frecuente que los edificios de la propia Amegakure fueran así. En las paredes, del mismo material, colgaban algunas pinturas de ríos y montañas nevadas, tal vez para hacer algo mas acogedor aquel gris lugar. Detrás del mostrador se encontraba una joven de unos treinta años con el pelo largo y rubio, de ojos azules y mirada distante, como si su mente estuviese en otro mundo.
—Buenas tardes... —Dijo la muchacha cuando se dio cuenta que habían entrado dos clientes.
Reiji se acercó al mostrador y escribió:
—"Quisiera una habitación para pasar la noche"
—Claro, pero solo nos queda una habitación con dos camas libres, tendrás que compartir...
—"Ni de coña, te pagare las dos camas"
—Esta bien, pues teniamos una habitación libre, pero ya no, lo siento mucho chico... —Dijo mirando al joven de la cascada