25/09/2016, 03:32
Oculto en el manto de humo trazaba un improvisado plan que le permitiese tomar una posición ventajosa con respecto a la kunoichi llameante. No podía evitar sentir la experiencia como verdaderamente peligrosa e intimidante pero aún así lo estaba disfrutando.
Puedo morir si llego a dar un paso en falso...
No tenía que equivocarse o terminaría seguramente en el hospital o cementerio mas cercano, lo que quede mas a mano.
El grupo de peleles había sido incinerado por la Sarutobi o el fuego que ella comandaba, que venía a ser lo mismo. Solo quedaba una opción para hacer un reemplazo que lo pudiese sacar del apuro y posiblemente despues de eso ya no sea útil por lo que restara de combate.
Después de eso... tengo que atacar si o si.
Realizó una secuencia de sellos y esperó atento a una señal de su compañera y oponente, no esperaba pisadas producto de sus pies, pues la había visto levitar a causa de esa rarisima técnica ígnea, estaba atento a algo más fino, una palmada o el sonido de una llamarada siendo desprendida desde sus labios, cualquier cosa que pudiese indicar una ofensiva por su parte.
¡...!
Ese algo que esperaba se manifestó en forma de palabras, no era el nombre de una técnica secreta de su clan ni alguna que Mogura pudiese haber llegado a conocer de preguntarle a los profesores o a otros ninjas usuarios del elemento Fuego, un simple y corto Boom.
No esperó a que el infierno se desatara en el dojo, llegó a hacer el cambiazo antes de que la chispa iniciara la tormenta de llamas. Dentro de aquella masa de fuego rabioso y destrucción no habría otra cosa que una pulcra y cuidada armadura samurai, y donde estaba esta se encontraba medio agachado un humilde médico de cabello azabache.
Eso estuvo muy cerca...
Susurró jadeando mientras realizaba una nueva secuencia de sellos. La kunoichi había hecho mano a la técnica que uso de carta de presentación el día que se habían conocido.
¡Fūton: Daitoppa!
Exclamó desde su precaria posición arremetiendo con una técnica que ya había usado en el combate. Avanzando en linea recta evitando por poco la masa de fuego, la corriente de aire tomaría una dirección bastante especifica, hacía Katomi, de igual manera tomaría una fuerza bastante considerable para lo que era un viento común y corriente, pero esa era la gracia de la técnica.
¡No me des por vencido tan rápido, amiga mía!
Dijo poniéndose de pie, dejando mostrar su pierna izquierda con marcas de quemaduras, si bien fueron tratadas un poco con el Shosen no jutsu, no estaban totalmente curadas. Mogura no contaba con un abanico de técnicas tan amplio como el de la muchacha de ojos rojos pero confiaba en el alcance que podía llegar a tener esa técnica tan básica.
Dio un saltó hacía delante y se lanzó a la carrera en dirección a la kunoichi formando nuevamente en sus manos sellos, con la intención de cerrar las distancias entre ellos. Ninguno de los dos podía pretender un momento para tomar aire si querían volver a sus casas por sus propios medios.
PV–
CK–
—Objetos:
* Ninguna AO *
Puedo morir si llego a dar un paso en falso...
No tenía que equivocarse o terminaría seguramente en el hospital o cementerio mas cercano, lo que quede mas a mano.
El grupo de peleles había sido incinerado por la Sarutobi o el fuego que ella comandaba, que venía a ser lo mismo. Solo quedaba una opción para hacer un reemplazo que lo pudiese sacar del apuro y posiblemente despues de eso ya no sea útil por lo que restara de combate.
Después de eso... tengo que atacar si o si.
Realizó una secuencia de sellos y esperó atento a una señal de su compañera y oponente, no esperaba pisadas producto de sus pies, pues la había visto levitar a causa de esa rarisima técnica ígnea, estaba atento a algo más fino, una palmada o el sonido de una llamarada siendo desprendida desde sus labios, cualquier cosa que pudiese indicar una ofensiva por su parte.
¡...!
Ese algo que esperaba se manifestó en forma de palabras, no era el nombre de una técnica secreta de su clan ni alguna que Mogura pudiese haber llegado a conocer de preguntarle a los profesores o a otros ninjas usuarios del elemento Fuego, un simple y corto Boom.
No esperó a que el infierno se desatara en el dojo, llegó a hacer el cambiazo antes de que la chispa iniciara la tormenta de llamas. Dentro de aquella masa de fuego rabioso y destrucción no habría otra cosa que una pulcra y cuidada armadura samurai, y donde estaba esta se encontraba medio agachado un humilde médico de cabello azabache.
Eso estuvo muy cerca...
Susurró jadeando mientras realizaba una nueva secuencia de sellos. La kunoichi había hecho mano a la técnica que uso de carta de presentación el día que se habían conocido.
¡Fūton: Daitoppa!
Exclamó desde su precaria posición arremetiendo con una técnica que ya había usado en el combate. Avanzando en linea recta evitando por poco la masa de fuego, la corriente de aire tomaría una dirección bastante especifica, hacía Katomi, de igual manera tomaría una fuerza bastante considerable para lo que era un viento común y corriente, pero esa era la gracia de la técnica.
¡No me des por vencido tan rápido, amiga mía!
Dijo poniéndose de pie, dejando mostrar su pierna izquierda con marcas de quemaduras, si bien fueron tratadas un poco con el Shosen no jutsu, no estaban totalmente curadas. Mogura no contaba con un abanico de técnicas tan amplio como el de la muchacha de ojos rojos pero confiaba en el alcance que podía llegar a tener esa técnica tan básica.
Dio un saltó hacía delante y se lanzó a la carrera en dirección a la kunoichi formando nuevamente en sus manos sellos, con la intención de cerrar las distancias entre ellos. Ninguno de los dos podía pretender un momento para tomar aire si querían volver a sus casas por sus propios medios.
Estado de Mogura
PV
38/80
0
–CK
54/160
-35
–—Objetos:
- Bandana ninja [Frente] [7 PV]
- Portaobjetos básico [Lado derecho de la cadera] [0/10]
- Kit médico [Lado derecho de la cadera junto al portaobjetos]
* Ninguna AO *