25/09/2016, 18:05
- Solo es gente que le gusta armar jaleo, con reportarlos a Shiona-sama dudo mucho que sigan haciendo de las suyas por aquí. Deberías llevarte a tus compañeros de aquí, no están por la labor de moverse por ellos mismos.
Definitivamente entonces no eran más que agitadores, y realmente sí que sintió algo de pena por ellos esta vez, pues pudo ahora fijarse en el resto del equipo para ver su estado. Los que peor estaban: uno que parecía un cacho de carbón y la muchacha jefa del equipo tirada en la orilla. ¿Respiraba? Y Kaiten se la quedó mirándo unos instantes con interés para ver si se había muerto, más allá de darle repelús. Fueran quienes fueran le había molestado bastante el hecho de que asustasen a la gente de la playa.
- Ya soys grandecitos para hacer estas cosas a gente que no os ha hecho nada. - Prosiguiendo a favor el argumento de Eri.
- ¡Hostias! El papi morsa de Kaiten, ¿dónde está Kaiten? Tengo que enseñarle a su papi. Aunque puede que ya se conozcan. ¿Tendrán algún aullido especial para ecolocalizar a sus crías?
“¿Qué albóndigas dice Nabi?” Kaiten miró su cuerpo y recordó como lo había llamado antes del alboroto. Puso cara de entender a que se refería ahora y asintió con la cabeza mientras volvía a su estado de forma normal en todo el cuerpo ya que tampoco había ahora peligro aparente al que volver a enfrentarse.
- ¡¡KHWKKKKKAAAAAUUUUU!! - Gritó de forma desagradable a garganta abierta como haciendo una llamada de un animal. - Y así es como se comunican padre y cría, fin del documental. - Y esbozó una sonrisa en su cara.
Eri aún estaba ocupándose de Nabi y su nariz, que aun sangraba, e indicó a su anterior rival que se ocupase de sus compañeros hechos polvo, parece que sirvió de algo no dejar K.O. a alguien. Era evidente que ese dúo era enormemente más fuerte que él. Eri parecía tener dotes impresionantes tanto de medicina como de lucha, no sabía si preguntarle o no, el último al que vio intentó imponerle una dieta a base de vegetales; pero ella por el contrario parecía amable. Nabi en cambio tenía una agresividad muy temible con quien se le ponía de por medio, mientras que parecía un ser ultra contento cuando no estaba en ese modo. En general les había caído bien la peculiar pareja, así que él también estaba contento.
Su intención ahora era intentar hablar de forma mas sosegada con sus nuevos amigos, o a ver que decidían o proponían ellos. Después de todo tenía pensado pasar un día normal y de relax… Y no era lo que había pasado hasta el momento. A ver si ahora podía ser así.
“Por cierto, la nevera sigue allí tirada, puede que aun le quede algo de comida.” Y se lamió los labios mientras no la perdía de vista.
Definitivamente entonces no eran más que agitadores, y realmente sí que sintió algo de pena por ellos esta vez, pues pudo ahora fijarse en el resto del equipo para ver su estado. Los que peor estaban: uno que parecía un cacho de carbón y la muchacha jefa del equipo tirada en la orilla. ¿Respiraba? Y Kaiten se la quedó mirándo unos instantes con interés para ver si se había muerto, más allá de darle repelús. Fueran quienes fueran le había molestado bastante el hecho de que asustasen a la gente de la playa.
- Ya soys grandecitos para hacer estas cosas a gente que no os ha hecho nada. - Prosiguiendo a favor el argumento de Eri.
- ¡Hostias! El papi morsa de Kaiten, ¿dónde está Kaiten? Tengo que enseñarle a su papi. Aunque puede que ya se conozcan. ¿Tendrán algún aullido especial para ecolocalizar a sus crías?
“¿Qué albóndigas dice Nabi?” Kaiten miró su cuerpo y recordó como lo había llamado antes del alboroto. Puso cara de entender a que se refería ahora y asintió con la cabeza mientras volvía a su estado de forma normal en todo el cuerpo ya que tampoco había ahora peligro aparente al que volver a enfrentarse.
- ¡¡KHWKKKKKAAAAAUUUUU!! - Gritó de forma desagradable a garganta abierta como haciendo una llamada de un animal. - Y así es como se comunican padre y cría, fin del documental. - Y esbozó una sonrisa en su cara.
Eri aún estaba ocupándose de Nabi y su nariz, que aun sangraba, e indicó a su anterior rival que se ocupase de sus compañeros hechos polvo, parece que sirvió de algo no dejar K.O. a alguien. Era evidente que ese dúo era enormemente más fuerte que él. Eri parecía tener dotes impresionantes tanto de medicina como de lucha, no sabía si preguntarle o no, el último al que vio intentó imponerle una dieta a base de vegetales; pero ella por el contrario parecía amable. Nabi en cambio tenía una agresividad muy temible con quien se le ponía de por medio, mientras que parecía un ser ultra contento cuando no estaba en ese modo. En general les había caído bien la peculiar pareja, así que él también estaba contento.
Su intención ahora era intentar hablar de forma mas sosegada con sus nuevos amigos, o a ver que decidían o proponían ellos. Después de todo tenía pensado pasar un día normal y de relax… Y no era lo que había pasado hasta el momento. A ver si ahora podía ser así.
“Por cierto, la nevera sigue allí tirada, puede que aun le quede algo de comida.” Y se lamió los labios mientras no la perdía de vista.