26/09/2016, 11:05
— Debe ser genial, ¡ojalá yo tuviese tanta suerte!
Eso era lo que normalmente le decían a Yoshimitsu cuando hablaba de su inusitada suerte. Un respuesta lógica y la mar de razonable, pero quizás no siempre fuera tan bueno disfrutar de tanta "buena suerte", puesto que a veces, y solo a veces, fuera en algunas circunstancias, más interesante pasar por algún que otro desafío.
-Supongo que es genial, esta claro que mejor que pasar por penurias si que es. Dijo un poco pensativo. -Solo espero que el karma no le de la vuelta a la moneda...por que si no...más vale que escriba mi testamento ¡ja ja!. Reí al pensar en aquella y absurda posibilidad. O eso quería pensar en la más absoluta de las ignorancias.
Si pudiese desafiarte por tu suerte, lo haría, Yoshi-san. Y esto si que me causó cierta sorpresa, a la par que me dejó un poco indiferente. Cierto era, que no me gustaban los enfrentamientos físicos. Para mí, pelear era la última de mis bazas. Además siendo franco con uno mismo, nunca me consideré una eminencia en combates.
-¿Desafiarme dices?¿Por mi suerte? Que cosas dices Eri-chan. He de sincerarme contigo, no soy muy buen combatiente, no por que no tenga aptitudes para la lucha, si no por que no me gusta pelear si no es estrictamente necesario. Si es a eso a lo que te refieres con lo de desafío. Me llevé las manos a la cadera como muestra de disposición. - Aunque si me lo pidieras tú, no dudaría ni por un instante.
Me hizo recordar aquella que vez peleé y me dieron un fuerte golpe en mi rodilla mala, si esa que me dolía tanto. Todos los asistentes al combate pensaron que jamás podría caminar correctamente, pues no solo no me empeoró la lesión, sino que me curó una supuesta dolencia que tendría que padecer de por vida. Gracias a ello gané aquel combate. Encima Eri-chan es médico, seguro que me podría dejar mejor que mejor ja ja.
Una vez con el dibujo en poder de Eri-chan, le quiso quitar hierro al asunto de su belleza. No quería insistir mucho más por que la pobre parecía agobiada, con sus mofletes rojos como un tomate. Aunque eso me resultaba ver más guapa a Eri. Yo solo mientras asentía gracisamente, como cuando alguien trata de darle la razón a un tonto que no tiene ni idea de lo que habla.
— ¡Qué va! ¿Has visto el dibujo? Eso sí que es un ángel, ¡y lo has hecho tú! ¿Alguna vez has estado en el cielo para conocerlos? Porque los retratas la mar de bien. —
Me puse serio cuando acabó de hablar, quería reafirmar mis palabras para que entendiera lo que significaba aquel dibujo. - ¿Pero que estás diciendo? Yo retrato lo que veo. Lo que sentí al verte por primera vez, lo primero que me vino a la mente, al percibir tul aura... Era difícil de explicar con palabras. -No se como explicarlo, pero se que harás algo muy importante y necesario en el mundo en un futuro. Quizás fuera una premonición o algo, pero era algo que me vino a la mente al verla con tanta claridad...
— Dudo mucho que sea fortuna haberme conocido, ¿y si es mala suerte? ¡Ay, he roto tu racha! Se llevó las manos a la cabeza, como si en el fondo ella pensara que era justo lo contrario, ¿Algo malo?. A mi me provocó gracia el asunto, yo no tenía mala suerte. Y como supuse, no era capaz de imaginar hasta donde llegaba mi buena fortuna.
-Ahí está el asunto Eri-chan. !Yo¡ ¡No! ¡Tengo! ¡Mala! ¡Suerte! Pero aún así ella se disculpaba, y ahora ésta vez no le quise dar la razón como a los tontos.
-¡Hay que ver mujer! ¿Por qué te infravaloras tanto? De verdad que no eres consciente de lo que realmente vales... Si ya a ver si me tenía que enfadar con ella y todo...¡Hombre ya!
Eso era lo que normalmente le decían a Yoshimitsu cuando hablaba de su inusitada suerte. Un respuesta lógica y la mar de razonable, pero quizás no siempre fuera tan bueno disfrutar de tanta "buena suerte", puesto que a veces, y solo a veces, fuera en algunas circunstancias, más interesante pasar por algún que otro desafío.
-Supongo que es genial, esta claro que mejor que pasar por penurias si que es. Dijo un poco pensativo. -Solo espero que el karma no le de la vuelta a la moneda...por que si no...más vale que escriba mi testamento ¡ja ja!. Reí al pensar en aquella y absurda posibilidad. O eso quería pensar en la más absoluta de las ignorancias.
Si pudiese desafiarte por tu suerte, lo haría, Yoshi-san. Y esto si que me causó cierta sorpresa, a la par que me dejó un poco indiferente. Cierto era, que no me gustaban los enfrentamientos físicos. Para mí, pelear era la última de mis bazas. Además siendo franco con uno mismo, nunca me consideré una eminencia en combates.
-¿Desafiarme dices?¿Por mi suerte? Que cosas dices Eri-chan. He de sincerarme contigo, no soy muy buen combatiente, no por que no tenga aptitudes para la lucha, si no por que no me gusta pelear si no es estrictamente necesario. Si es a eso a lo que te refieres con lo de desafío. Me llevé las manos a la cadera como muestra de disposición. - Aunque si me lo pidieras tú, no dudaría ni por un instante.
Me hizo recordar aquella que vez peleé y me dieron un fuerte golpe en mi rodilla mala, si esa que me dolía tanto. Todos los asistentes al combate pensaron que jamás podría caminar correctamente, pues no solo no me empeoró la lesión, sino que me curó una supuesta dolencia que tendría que padecer de por vida. Gracias a ello gané aquel combate. Encima Eri-chan es médico, seguro que me podría dejar mejor que mejor ja ja.
Una vez con el dibujo en poder de Eri-chan, le quiso quitar hierro al asunto de su belleza. No quería insistir mucho más por que la pobre parecía agobiada, con sus mofletes rojos como un tomate. Aunque eso me resultaba ver más guapa a Eri. Yo solo mientras asentía gracisamente, como cuando alguien trata de darle la razón a un tonto que no tiene ni idea de lo que habla.
— ¡Qué va! ¿Has visto el dibujo? Eso sí que es un ángel, ¡y lo has hecho tú! ¿Alguna vez has estado en el cielo para conocerlos? Porque los retratas la mar de bien. —
Me puse serio cuando acabó de hablar, quería reafirmar mis palabras para que entendiera lo que significaba aquel dibujo. - ¿Pero que estás diciendo? Yo retrato lo que veo. Lo que sentí al verte por primera vez, lo primero que me vino a la mente, al percibir tul aura... Era difícil de explicar con palabras. -No se como explicarlo, pero se que harás algo muy importante y necesario en el mundo en un futuro. Quizás fuera una premonición o algo, pero era algo que me vino a la mente al verla con tanta claridad...
— Dudo mucho que sea fortuna haberme conocido, ¿y si es mala suerte? ¡Ay, he roto tu racha! Se llevó las manos a la cabeza, como si en el fondo ella pensara que era justo lo contrario, ¿Algo malo?. A mi me provocó gracia el asunto, yo no tenía mala suerte. Y como supuse, no era capaz de imaginar hasta donde llegaba mi buena fortuna.
-Ahí está el asunto Eri-chan. !Yo¡ ¡No! ¡Tengo! ¡Mala! ¡Suerte! Pero aún así ella se disculpaba, y ahora ésta vez no le quise dar la razón como a los tontos.
-¡Hay que ver mujer! ¿Por qué te infravaloras tanto? De verdad que no eres consciente de lo que realmente vales... Si ya a ver si me tenía que enfadar con ella y todo...¡Hombre ya!