30/09/2016, 23:56
La pequeñaja escuchó atentamente la respuesta del calvito, asintiendo como si estuviese descubriendo en aquel momento una gran verdad. Como si aquel calvo acabase de despejar las sombras que no le dejaban ver la luz, en sus palabras había sabiduría y hasta la pelimorada podía palparla
—No hay que seguir siempre lo nos que dicen. Ordenes son ordenes, pero en casos como la estética.... Sigue tus gustos—
Tomoe se detuvo un momento, quedando parada bajo aquella insesante lluvia, dejando sus cabellos volar con aquel fuerte viento que acababa de levantarse y con él las olas que parecían haber crecido aún más.
—Qué siga mis gustos...— repitió la pequeñaja mientras levantaba la mirada para encontrarse con la del chico, cuando de repente un sonido muy familiar rompió el momento de iluminación
"Una shuriken" el acto reflejó de Tomoe fue volverse mientras daba un paso atrás para encarar el lugar de procedencia del ataque mientras parpadeaba con ambos ojos para después volver a abrirlos con las pupilas tintadas de un rojo carmesí con dos tomoes. El arma se clavó en la arena, justo a sus pies "Fallaron... ¿apropósito?" la kunoichi no sabía muy bien que pensar, pero tampoco tenía demasiado tiempo para reflexionar pues unas sombras les encaraban justo en aquel preciso instante "Cargando de frente... estúpidos" sacó desde su portaobjetos un par de shurikens que lanzó contra la primera sombra "Veamos si esos ojos rojos os sirven para algo" la pequeñaja había lanzado dos shurikens en apariencia, lo que no sabía el objetivo es que en sus sombras se ocultaban dos shurikens ocultos gracias a la habilidad de la enana, que además iban atados a hilo shinobi de manera que una vez fueran esquivadas las armas visibles el cambio de rumbo de las ocultas fuese una sorpresa con letales consecuencias- Hecho al que ayudaría, la pequeña desviación que hacia parecer un fallo el lanzamiento de la de Ame
—El primero es mío...— le dijo a su compañero con bastante confianza
—No hay que seguir siempre lo nos que dicen. Ordenes son ordenes, pero en casos como la estética.... Sigue tus gustos—
Tomoe se detuvo un momento, quedando parada bajo aquella insesante lluvia, dejando sus cabellos volar con aquel fuerte viento que acababa de levantarse y con él las olas que parecían haber crecido aún más.
—Qué siga mis gustos...— repitió la pequeñaja mientras levantaba la mirada para encontrarse con la del chico, cuando de repente un sonido muy familiar rompió el momento de iluminación
"Una shuriken" el acto reflejó de Tomoe fue volverse mientras daba un paso atrás para encarar el lugar de procedencia del ataque mientras parpadeaba con ambos ojos para después volver a abrirlos con las pupilas tintadas de un rojo carmesí con dos tomoes. El arma se clavó en la arena, justo a sus pies "Fallaron... ¿apropósito?" la kunoichi no sabía muy bien que pensar, pero tampoco tenía demasiado tiempo para reflexionar pues unas sombras les encaraban justo en aquel preciso instante "Cargando de frente... estúpidos" sacó desde su portaobjetos un par de shurikens que lanzó contra la primera sombra "Veamos si esos ojos rojos os sirven para algo" la pequeñaja había lanzado dos shurikens en apariencia, lo que no sabía el objetivo es que en sus sombras se ocultaban dos shurikens ocultos gracias a la habilidad de la enana, que además iban atados a hilo shinobi de manera que una vez fueran esquivadas las armas visibles el cambio de rumbo de las ocultas fuese una sorpresa con letales consecuencias- Hecho al que ayudaría, la pequeña desviación que hacia parecer un fallo el lanzamiento de la de Ame
—El primero es mío...— le dijo a su compañero con bastante confianza