1/10/2016, 20:06
Ya sabía el calvo que esos ojos le sonaban de algún lado, aunque tal vez no eran tan negros como los de los hombres, estos tenían un suave brillo de color. Esa profundidad e intriga en la mirada, ese vacío que generaban los orbes de aquellas personas Karamaru comenzaba a reconocerlo, cómo si fuesen todos ojos clonados de una misma familia.
«Al fin puedo convertir ese destello rojo en algo concreto»
Los brillos carmesí que en otras veces había visto no alcanzaban siquiera a demostrar su propia existencia, como si lo pudiese estar imaginando el monje. Pero esta vez era diferente, esta vez tenía a Tomoe a su lado mostrando esas aspas negras sobre el fondo rojo sangre. Si era igual que el rubio de Uzu podría defenderse sola y pelear hombro con hombro con el calvo.
Aquí vamos...
Mientras la pelimorada lanzaba unas shuriken, Karamaru empezó la carrera para embestir a una de las varias sombras que se acercaban. Por lo que había podido contar, tres eran sus perseguidores. Uno de ellos esperando las puntas de metal que no paraban de girar y que detendría sin problemas. Como si pudiese ver más allá de lo normal con kunai en mano las cuatro shuriken fueron desviadas y clavadas en la arena.
Cuando todos estuvieron lo suficientemente cerca se podían ver claramente los unos a los otros. Ellos verían a un calvo y una petisa de color morado, el shinobi y la kunoichi identificarían tres hombres vestidos completamente de negro dejando solamente al descubierto sus ojos. Ojos que Tomoe reconocería al instante, ojos que brillaban de ese rojo tan particular con los tres puntos negros haciendole sombra.
¡TOMAA!- el puño derecho salió volando en dirección a un encapuchado.
Dando gala de la velocidad que poseía esquivo el ataque con facilidad e ignoró por completo al monje. Su carrera tenía como objetivo la niña que sola se encontraba, los tres hombres se abalanzaban sobre Tomoe como un tigre a su presa. Pero Karamaru no lo permitiría. Giró sobre sí mismo y tomó a su rival por el cuello lanzandolo y alejandoló de su destino, dejandolo caer varios metros atrás sobre la arena.
¡Katon: Hōsenka no Jutsu!
Tras sellos de mano y sin perder tiempo cinco bolas de fuego salieron de su boca disparadas en contra a los otros dos hombres que ya estaban cerca la pelimorada que debería comenzar sus maniobras defensivas.
CK:–
«Al fin puedo convertir ese destello rojo en algo concreto»
Los brillos carmesí que en otras veces había visto no alcanzaban siquiera a demostrar su propia existencia, como si lo pudiese estar imaginando el monje. Pero esta vez era diferente, esta vez tenía a Tomoe a su lado mostrando esas aspas negras sobre el fondo rojo sangre. Si era igual que el rubio de Uzu podría defenderse sola y pelear hombro con hombro con el calvo.
Aquí vamos...
Mientras la pelimorada lanzaba unas shuriken, Karamaru empezó la carrera para embestir a una de las varias sombras que se acercaban. Por lo que había podido contar, tres eran sus perseguidores. Uno de ellos esperando las puntas de metal que no paraban de girar y que detendría sin problemas. Como si pudiese ver más allá de lo normal con kunai en mano las cuatro shuriken fueron desviadas y clavadas en la arena.
Cuando todos estuvieron lo suficientemente cerca se podían ver claramente los unos a los otros. Ellos verían a un calvo y una petisa de color morado, el shinobi y la kunoichi identificarían tres hombres vestidos completamente de negro dejando solamente al descubierto sus ojos. Ojos que Tomoe reconocería al instante, ojos que brillaban de ese rojo tan particular con los tres puntos negros haciendole sombra.
¡TOMAA!- el puño derecho salió volando en dirección a un encapuchado.
Dando gala de la velocidad que poseía esquivo el ataque con facilidad e ignoró por completo al monje. Su carrera tenía como objetivo la niña que sola se encontraba, los tres hombres se abalanzaban sobre Tomoe como un tigre a su presa. Pero Karamaru no lo permitiría. Giró sobre sí mismo y tomó a su rival por el cuello lanzandolo y alejandoló de su destino, dejandolo caer varios metros atrás sobre la arena.
¡Katon: Hōsenka no Jutsu!
Tras sellos de mano y sin perder tiempo cinco bolas de fuego salieron de su boca disparadas en contra a los otros dos hombres que ya estaban cerca la pelimorada que debería comenzar sus maniobras defensivas.
CK:
130/160
-30
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"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘