2/10/2016, 23:57
—Aquí vamos...— el calvo se lanzó hacia delante a toda velocidad sin pensárselo dos veces, mientras el ataque de Tomoe era detenido con una facilidad asombrosa.
—¿Cómo...?— la pelimorada no lograba entender lo sucedido, no sólo había visto a través de su técnica si no que la acababan de destrozar sin dificultad alguna "Es bueno..." el monje se acababa de encontrar con las sombras a unos metros por delante de la pequeñaja, la reyerta había comenzado en aquella maldita playa. El shinobi lanzó un puñetazo contra una de las sombras, que sin dificultad alguna esquivaba el ataque pasando de largo del calvo "Soy el objetivo..." En un instante, Karamaru lograba rehacerse para lograr agarrar al atacante por el cuello y lanzarla en la dirección opuesta a la de la joven. Sin embargo, los otros dos habían sobrepasado al chico y ahora se avanlanzaban sobre la Uchiha. Tomoe sacó un kunai desde el interior de su portaobjetos mientras esbozaba una media sonrisa "Así que crees que soy el punto débil..." la niña se lanzó hacia delante a encontrarse con sus oponente, la pesadez de su caminar había desaparecido y ahora se movía a toda velocidad. En su mano derecha empuñaba su kunai, mientras en su siniestra aún coservaba el hilo atado a sus dos shurikens.
—¡Katon: Hōsenka no Jutsu!— el shinobi trataba de no darle un respiro a su adversario y lo mismo trataría de hacer la pelimorada
"¿?" los ojos carmesí se encontraron con los de sus oponentes "Sharingan..." ahora entendía la facilidad con la que su ataque fue repelido "Esto se pone interesante..." como usuaria del dojutsu, Tomoe, tenía muy claro lo que significaba enfrentarse a alguien con sus mismos ojos "Los tiene totalmente desarrollados... estoy en desventaja si busco el cuerpo a cuerpo" cambió el rumbo para correr de manera diagonal tratando de separarse de los dos tipos que la seguían y de paso lograr que las shurikens se elevaran de nuevo. Tras unos metros de carrera, la chica se detendría de golpe a la vez que se volvía para encarar a sus adversarios. Una patada al suelo para lanzar arena contra los oponentes, tratando de cegarlos o al menos distraerlos lo suficiente mientras un leve impulso de chakra impulsaba las shurikens que acababan de terminar de elevarse con el fuerte tirón del hilo, al rotar para encarar a los enemigos. Las armas dos armas volaban en dirección a las espaldas de los hombres que la perseguían mientras la Uchiha planeaba su siguiente movimiento por si fallaba el actual
—¿Cómo...?— la pelimorada no lograba entender lo sucedido, no sólo había visto a través de su técnica si no que la acababan de destrozar sin dificultad alguna "Es bueno..." el monje se acababa de encontrar con las sombras a unos metros por delante de la pequeñaja, la reyerta había comenzado en aquella maldita playa. El shinobi lanzó un puñetazo contra una de las sombras, que sin dificultad alguna esquivaba el ataque pasando de largo del calvo "Soy el objetivo..." En un instante, Karamaru lograba rehacerse para lograr agarrar al atacante por el cuello y lanzarla en la dirección opuesta a la de la joven. Sin embargo, los otros dos habían sobrepasado al chico y ahora se avanlanzaban sobre la Uchiha. Tomoe sacó un kunai desde el interior de su portaobjetos mientras esbozaba una media sonrisa "Así que crees que soy el punto débil..." la niña se lanzó hacia delante a encontrarse con sus oponente, la pesadez de su caminar había desaparecido y ahora se movía a toda velocidad. En su mano derecha empuñaba su kunai, mientras en su siniestra aún coservaba el hilo atado a sus dos shurikens.
—¡Katon: Hōsenka no Jutsu!— el shinobi trataba de no darle un respiro a su adversario y lo mismo trataría de hacer la pelimorada
"¿?" los ojos carmesí se encontraron con los de sus oponentes "Sharingan..." ahora entendía la facilidad con la que su ataque fue repelido "Esto se pone interesante..." como usuaria del dojutsu, Tomoe, tenía muy claro lo que significaba enfrentarse a alguien con sus mismos ojos "Los tiene totalmente desarrollados... estoy en desventaja si busco el cuerpo a cuerpo" cambió el rumbo para correr de manera diagonal tratando de separarse de los dos tipos que la seguían y de paso lograr que las shurikens se elevaran de nuevo. Tras unos metros de carrera, la chica se detendría de golpe a la vez que se volvía para encarar a sus adversarios. Una patada al suelo para lanzar arena contra los oponentes, tratando de cegarlos o al menos distraerlos lo suficiente mientras un leve impulso de chakra impulsaba las shurikens que acababan de terminar de elevarse con el fuerte tirón del hilo, al rotar para encarar a los enemigos. Las armas dos armas volaban en dirección a las espaldas de los hombres que la perseguían mientras la Uchiha planeaba su siguiente movimiento por si fallaba el actual