3/10/2016, 23:40
La chica escuchó como el de orbes blancos daba por sentado que era normal imitar a los mayores, a los cuales veían beberlo a raudales. La curiosidad mató al gato, mencionó. La cosa era justamente esa, lo mató... un pequeño gran detalle, que sin duda marcaba la diferencia. No se puede imitar todo lo que se ve, pues el camino hacia la tumba puede ser fugaz y doloroso. Quizás no con éste ejemplo atípico, pero sí que podía serlo en otras formas.
Terminó por admitir que él mismo lo había tomado en alguna ocasión, pero que no lo bebía a raudales. La chica lo catalogó "de mundo", como haciendo referencia a que era un aventurero quizás. El joven no pareció entender el elogio, y lo acató a que era un viajero en sí —Si tan solo probasen el contenido del vaso de la peliblanca— la verdad, el joven se fue por las ramas. Terminó mencionando que le encantaría ser un hombre de mundo, y lanzando una rauda pregunta; ¿Qué lugares habían visitado ambas chicas?
¿Qué tantos lugares? Seguramente demasiados, aunque la cantidad no da cavidad a la importancia de éstos. Sin duda, podía haber visitado el 60% del plano del mundo, pero pocos lugares llamaban su atención tanto como su aldea. Quizás fuese por la idea arraigada de salvar a su madre de las manos de su padrastro.
—Mmmm... He estado viajando demasiado. Si me pongo a daros nombres de sitios, terminaríamos desayunando... No me gusta presumir de ello, pero la publicidad de mi local no se divulga sola. Mas que nada ha sido como obligación.
Quizás los chicos no comprendiesen del todo esa responsabilidad, pero con un buen trago todo se aclara. La chica bebió un sorbo mas de su vaso, y saboreó el licor mientras esperaba respuesta de la otra chica. ¿Habría viajado ella también bastante, o era originaria y arraigada a esas tierras?
No parecía demasiado entusiasta por la exploración, pero se dice que no se debe juzgar a un libro por su apariencia.
Terminó por admitir que él mismo lo había tomado en alguna ocasión, pero que no lo bebía a raudales. La chica lo catalogó "de mundo", como haciendo referencia a que era un aventurero quizás. El joven no pareció entender el elogio, y lo acató a que era un viajero en sí —Si tan solo probasen el contenido del vaso de la peliblanca— la verdad, el joven se fue por las ramas. Terminó mencionando que le encantaría ser un hombre de mundo, y lanzando una rauda pregunta; ¿Qué lugares habían visitado ambas chicas?
¿Qué tantos lugares? Seguramente demasiados, aunque la cantidad no da cavidad a la importancia de éstos. Sin duda, podía haber visitado el 60% del plano del mundo, pero pocos lugares llamaban su atención tanto como su aldea. Quizás fuese por la idea arraigada de salvar a su madre de las manos de su padrastro.
—Mmmm... He estado viajando demasiado. Si me pongo a daros nombres de sitios, terminaríamos desayunando... No me gusta presumir de ello, pero la publicidad de mi local no se divulga sola. Mas que nada ha sido como obligación.
Quizás los chicos no comprendiesen del todo esa responsabilidad, pero con un buen trago todo se aclara. La chica bebió un sorbo mas de su vaso, y saboreó el licor mientras esperaba respuesta de la otra chica. ¿Habría viajado ella también bastante, o era originaria y arraigada a esas tierras?
No parecía demasiado entusiasta por la exploración, pero se dice que no se debe juzgar a un libro por su apariencia.