10/10/2016, 02:56
Hiromi, con el rostro perlado en sudor y la respiración agitada, logró ponerse en pie cuando Noemi le quitó de encima a Emiko.
—Por los Dioses, Emiko… —dijo, con voz entrecortada. Luego se sacudió la ropa—. Hablas como si no hubiese hecho nada por ayudarte… ¿Acaso no le convencí para mudarse? Y tenía razones para celarse, no me lo nega…
Un escupitajo le dio de lleno en el rostro, salido directamente de la boca desencajada de Emiko.
—¡Maldito hijo de puta! —pese a estar sujetada por Noemi, nada parecía poder encadenar su voz—. ¡Te mataré! ¡A ti, a mi querido esposo, y a todos los apestosos hombres que infectan la tierra con su fétido aliento! ¡Te mataré igual que a Ryoma!
Hiromi, quien por un escalofriante segundo parecía haber estado a punto de abalanzarse sobre Emiko, se recompuso y recobró su habitual talante. Extrajo un pañuelo de uno de sus múltiples bolsillos y, tras limpiarse la cara de forma concienzuda, lo metió de lleno en la boca de la fémina.
Cosa que consiguió acallarla.
—Entonces Hiromi-san… ¿Qué hacemos…?
Hiromi suspiró.
—Las evidencias son claras y ella misma ha confesado —su voz sonó firme y segura—. La condena es clara en estos casos: la horca es la única opción. Por favor, inmovilízala y déjala aquí para que no pueda escapar. Mañana procederé con la sentencia. Hoy hay un hombre inocente al que enterrar.
Hiromi dio media vuelta, pero entonces giró la cabeza.
—Gracias por todo, Noemi. Has hecho un buen trabajo —entonces miró a los shinobis, que parecían estar despertándose de su letargo—. También a vosotros, chicos. Gracias por resolver el caso.
Datsue, con la cabeza pesada y el cuerpo entumecido, tardó unos instantes en procesar aquellas palabras.
—¿Q-qué? Ah… Oh… Por supuesto, Hiromi-san, por supuesto —se levantó de un salto, más contento que un Uzureño al aprobar un examen—. ¡Para eso estamos, vaya! ¡Ya le decía yo que resolveríamos este caso en un santiamén! —entonces se percató de la situación de Emiko, con la boca desgarrada y sujetada por Noemi. Aquello fue demasiado incluso para sus magníficas dotes de interpretación, y no pudo evitar contraer el rostro en una mueca, mitad sorprendido, mitad asqueado—. Comprendo.
Fue lo único que consiguió balbucear. Aunque, como la mayoría de cosas que salían por su boca, era, por supuesto, mentira. No comprendía una mierda.
—Por los Dioses, Emiko… —dijo, con voz entrecortada. Luego se sacudió la ropa—. Hablas como si no hubiese hecho nada por ayudarte… ¿Acaso no le convencí para mudarse? Y tenía razones para celarse, no me lo nega…
Un escupitajo le dio de lleno en el rostro, salido directamente de la boca desencajada de Emiko.
—¡Maldito hijo de puta! —pese a estar sujetada por Noemi, nada parecía poder encadenar su voz—. ¡Te mataré! ¡A ti, a mi querido esposo, y a todos los apestosos hombres que infectan la tierra con su fétido aliento! ¡Te mataré igual que a Ryoma!
Hiromi, quien por un escalofriante segundo parecía haber estado a punto de abalanzarse sobre Emiko, se recompuso y recobró su habitual talante. Extrajo un pañuelo de uno de sus múltiples bolsillos y, tras limpiarse la cara de forma concienzuda, lo metió de lleno en la boca de la fémina.
Cosa que consiguió acallarla.
—Entonces Hiromi-san… ¿Qué hacemos…?
Hiromi suspiró.
—Las evidencias son claras y ella misma ha confesado —su voz sonó firme y segura—. La condena es clara en estos casos: la horca es la única opción. Por favor, inmovilízala y déjala aquí para que no pueda escapar. Mañana procederé con la sentencia. Hoy hay un hombre inocente al que enterrar.
Hiromi dio media vuelta, pero entonces giró la cabeza.
—Gracias por todo, Noemi. Has hecho un buen trabajo —entonces miró a los shinobis, que parecían estar despertándose de su letargo—. También a vosotros, chicos. Gracias por resolver el caso.
Datsue, con la cabeza pesada y el cuerpo entumecido, tardó unos instantes en procesar aquellas palabras.
—¿Q-qué? Ah… Oh… Por supuesto, Hiromi-san, por supuesto —se levantó de un salto, más contento que un Uzureño al aprobar un examen—. ¡Para eso estamos, vaya! ¡Ya le decía yo que resolveríamos este caso en un santiamén! —entonces se percató de la situación de Emiko, con la boca desgarrada y sujetada por Noemi. Aquello fue demasiado incluso para sus magníficas dotes de interpretación, y no pudo evitar contraer el rostro en una mueca, mitad sorprendido, mitad asqueado—. Comprendo.
Fue lo único que consiguió balbucear. Aunque, como la mayoría de cosas que salían por su boca, era, por supuesto, mentira. No comprendía una mierda.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado