26/05/2015, 16:47
Aquel shinobi de la Espiral quería ir de listo, a pesar de esforzarme, reconocer mi error y tratar de enmendarlo. El por su parte introducía su dedo en la llaga, seguía en sus trece. Quizás tuviera su parte de razón, pero yo también la tenía y quería imponer su verdad sobre la mía. Tenía pinta de ser el típico niño de mama que siempre se salía con la suya. Pero aún así, le escuché todo lo que tenía que decir e intenté entender su punto de vista.
Escuché todo sin decir nada, solo intenté justificar el motivo de mi enfado, que no que tuviera razón. -Bueno, yo solo quería decir que me contestaste de más. Yo también he perdido familia a causa de explosiones y sigo adelante, pasé página. No voy lamentándome con la gente con la que me cruzo.
Lo más delicado que le pude responder después de que me dijera a la cara que era un sinvergüenza y que no tenía nada de empatía. -Quizás tengas razón, en realidad me importa poco más que una mierda lo que le haya pasado a los demás. Como he dicho antes, todos hemos pasado por algo, y cada palo debe aguantar su vela.
El Uchiha tenía preparada todas las respuestas, no tenía intención de darme tregua. Tenía que decir la última palabra a toda costa. Por lo que quise zanjar la conversación de las indumentarias rápidamente. Abrí mi túnica y le mostré que efectivamente iba desarmado. Era cierto que podía fabricar sobre la marcha mis armas, pero por mucho que rebuscara no encontraría ninguna ahora mismo. -Como he dicho, voy desarmado completamente.
Parece que aceptó a su modo mis disculpas, no me apetecía llevarme mal con ningún shinobi extranjero. El orgullo lo podía dejar a un lado perfectamente, pues dejarse llevar por el, era sin duda un claro síntoma de debilidad. -Las explosiones son mi forma de vida, es normal a mi parecer, que me sienta molesto cuando alguien habla así de ellas. Es como todo, en malas manos pueden ser peligrosas. Pero entiendo perfectamente tu punto de vista, que no te gusten. Ahora solo te pido que me entiendas a mi aunque quizás, pueda resultar más difícil.
Ya no había más que hablar sobre el tema, no le quité la razón en ningún momento, justifiqué mi actitud y me disculpé. Todos podemos patinar alguna vez, y yo reconozco que tengo un pequeño problema de autocontrol más que evidente. Miré el horizonte y vislumbré lo que debió ser la montaña en donde los shinobi de Konoha retrataban en relieve a sus Kage.
-Si estuviéramos en un lugar civilizado te invitaría a un par de cervezas para compensarte el mal rollo pero, como no es el caso. Lo único que te puedo ofrecer es que me acompañes a ver los restos de la montaña en donde en su día estaban retratados los antiguos Kage de Konoha. Creo que es lo único que se puede visitar por aquí. Le dije relajado, como si no hubiera pasado nada.
Escuché todo sin decir nada, solo intenté justificar el motivo de mi enfado, que no que tuviera razón. -Bueno, yo solo quería decir que me contestaste de más. Yo también he perdido familia a causa de explosiones y sigo adelante, pasé página. No voy lamentándome con la gente con la que me cruzo.
Lo más delicado que le pude responder después de que me dijera a la cara que era un sinvergüenza y que no tenía nada de empatía. -Quizás tengas razón, en realidad me importa poco más que una mierda lo que le haya pasado a los demás. Como he dicho antes, todos hemos pasado por algo, y cada palo debe aguantar su vela.
El Uchiha tenía preparada todas las respuestas, no tenía intención de darme tregua. Tenía que decir la última palabra a toda costa. Por lo que quise zanjar la conversación de las indumentarias rápidamente. Abrí mi túnica y le mostré que efectivamente iba desarmado. Era cierto que podía fabricar sobre la marcha mis armas, pero por mucho que rebuscara no encontraría ninguna ahora mismo. -Como he dicho, voy desarmado completamente.
Parece que aceptó a su modo mis disculpas, no me apetecía llevarme mal con ningún shinobi extranjero. El orgullo lo podía dejar a un lado perfectamente, pues dejarse llevar por el, era sin duda un claro síntoma de debilidad. -Las explosiones son mi forma de vida, es normal a mi parecer, que me sienta molesto cuando alguien habla así de ellas. Es como todo, en malas manos pueden ser peligrosas. Pero entiendo perfectamente tu punto de vista, que no te gusten. Ahora solo te pido que me entiendas a mi aunque quizás, pueda resultar más difícil.
Ya no había más que hablar sobre el tema, no le quité la razón en ningún momento, justifiqué mi actitud y me disculpé. Todos podemos patinar alguna vez, y yo reconozco que tengo un pequeño problema de autocontrol más que evidente. Miré el horizonte y vislumbré lo que debió ser la montaña en donde los shinobi de Konoha retrataban en relieve a sus Kage.
-Si estuviéramos en un lugar civilizado te invitaría a un par de cervezas para compensarte el mal rollo pero, como no es el caso. Lo único que te puedo ofrecer es que me acompañes a ver los restos de la montaña en donde en su día estaban retratados los antiguos Kage de Konoha. Creo que es lo único que se puede visitar por aquí. Le dije relajado, como si no hubiera pasado nada.