13/10/2016, 18:53
Datsue se limitó a encogerse de hombros ante la mirada interrogativa de Karamaru. El Uchiha estaba en las mismas que el calvo: en la más profunda ignorancia. Solo era capaz de intuir que, de alguna forma inexplicable para él, se había quedado dormido y, en el transcurso del sueño, Noemi había capturado al culpable.
A la culpable.
Se rascó la nuca, contrariado. Todavía no se creía que la asesina fuese Emiko. Además, ¿quién demonios le había cortado la boca? Su mirada se desvió hacia Noemi, quien justo en ese instante noqueó a la mujer de un certero golpe. Se le heló la sangre al pensar que había sido ella, en un ataque de celos. ¿Y si, no contenta con ello, la había culpado del asesinato? ¿Y si en realidad Emiko tan solo era una víctima de la recién formada relación entre el Uchiha y la Sakamoto?
Un escalofrío recorrió su espina dorsal, volviendo a mirar a Noemi de reojo.
—Háganme el favor de buscar algo para atarla.
—¡C-claro! —exclamó el Uchiha, peleándose con el portaobjetos para extraer un hilo shinobi—. ¡Y-ya l-la ato yo! —se ofreció, arrodillándose ante la espalda de la víctima para inmovilizarle las manos.
¡Por Izanami, ha sido ella! A cada segundo que pasaba lo tenía más claro. ¿De verdad pensabas que iba a ser tan fácil? ¿Qué un día un ángel caería en tus brazos y quedaría perdidamente enamorada de ti? ¡Imbécil! ¡Tenía que haber gato encerrado! ¡La chica sufre de celos patológicos obsesivos! Se dio cuenta que estaba sudando, y trató de tranquilizarse. Tranquilízate, joder, tranquilízate. Estas cosas son tratables. Existen loqueros y esas cosas. Hoy en día son lo más normal del mundo. Tendré que comentárselo… Miró de reojo a Noemi, que seguía manteniendo al katana en sus manos… Aunque ya si eso otro día. Sí… otro día mejor.
Atada de pies y manos, el Uchiha se levantó.
—Pues creo que ya está listo…
—Muy bien. Muchas gracias otra vez, shinobis —intervino de nuevo el sacerdote, quien había permanecido atento en todo momento al nudo que realizaba Datsue—. Ahora he de irme ya… Tengo muchas cosas que explicar al pueblo.
Y, con aquellas últimas palabras, Hiromi se fue.
A la culpable.
Se rascó la nuca, contrariado. Todavía no se creía que la asesina fuese Emiko. Además, ¿quién demonios le había cortado la boca? Su mirada se desvió hacia Noemi, quien justo en ese instante noqueó a la mujer de un certero golpe. Se le heló la sangre al pensar que había sido ella, en un ataque de celos. ¿Y si, no contenta con ello, la había culpado del asesinato? ¿Y si en realidad Emiko tan solo era una víctima de la recién formada relación entre el Uchiha y la Sakamoto?
Un escalofrío recorrió su espina dorsal, volviendo a mirar a Noemi de reojo.
—Háganme el favor de buscar algo para atarla.
—¡C-claro! —exclamó el Uchiha, peleándose con el portaobjetos para extraer un hilo shinobi—. ¡Y-ya l-la ato yo! —se ofreció, arrodillándose ante la espalda de la víctima para inmovilizarle las manos.
¡Por Izanami, ha sido ella! A cada segundo que pasaba lo tenía más claro. ¿De verdad pensabas que iba a ser tan fácil? ¿Qué un día un ángel caería en tus brazos y quedaría perdidamente enamorada de ti? ¡Imbécil! ¡Tenía que haber gato encerrado! ¡La chica sufre de celos patológicos obsesivos! Se dio cuenta que estaba sudando, y trató de tranquilizarse. Tranquilízate, joder, tranquilízate. Estas cosas son tratables. Existen loqueros y esas cosas. Hoy en día son lo más normal del mundo. Tendré que comentárselo… Miró de reojo a Noemi, que seguía manteniendo al katana en sus manos… Aunque ya si eso otro día. Sí… otro día mejor.
Atada de pies y manos, el Uchiha se levantó.
—Pues creo que ya está listo…
—Muy bien. Muchas gracias otra vez, shinobis —intervino de nuevo el sacerdote, quien había permanecido atento en todo momento al nudo que realizaba Datsue—. Ahora he de irme ya… Tengo muchas cosas que explicar al pueblo.
Y, con aquellas últimas palabras, Hiromi se fue.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado