27/05/2015, 15:46
Sin embargo, el ataque de Daruu no era tan simple como Ayame había previsto en un principio. Cuando él lanzó el puñetazo hacia su rostro y la kunoichi se movió a un lado para esquivarlo y aferró su antebrazo con fuerza, no se le pasó por alto que los labios de su contricante se habían curvado en una ladina sonrisa. La sonrisa de aquel que conoce las reglas de un juego invisible que ella no alcanzaba a comprender.
Sin embargo, antes de que pudiera completar su plan, un intenso quemazón restalló en su mano, obligándola a soltarle en el acto.
—¡AH! —ante la estupefacta mirada de unos ojos empañados por el dolor, Ayame se vio totalmente atrapada por la visión del brazo de su contrincante envuelto completamente en llamas. Y antes de que pudiera siquiera asimilar qué era lo que estaba viendo y apartarse del peligro, una oleada de dolor y calor cruzó su rostro.
Pero cuál sería la sorpresa de Daruu cuando su brazo no encontrara la piel y carne de Ayame, sino una masa acuosa que se limitó a atravesar con una estruendosa salpicadura, como si hubiese golpeado a una catarata en realidad. El fuego acarició el agua, y como un quejido de dolor un sonido sibilante inundó el ambiente cuando parte de ella se convirtiera en vapor. La masa de agua salió despedida hacia atrás a consecuencia del golpe y terminó por aterrizar en el suelo, donde quedaría durante unos instantes como un simple e inofensivo charco de considerable tamaño. Sin embargo, conforme fueron pasando los segundos, el agua volvió a arremolinarse, plegándose sobre sí misma, hasta terminar formando el cuerpo de una Ayame que miraba a Daruu con gesto dolorido mientras se acariciaba la mejilla, en la que presentaba una quemadura.
«Es fuego de verdad.» Meditaba, abstraída por lo curioso de la situación. Ella era agua, él era fuego. Incluso sus aspectos físicos contrastaban entre sí. «Él es el sol, y yo soy...»
Volvió a ajustarse la bandana, y después aprovechó la tregua de la sorpresa para volver a beber de su cantimplora.
—¡Debería preguntarte lo mismo! —le espetó, señalándole con su mano libre—. ¿Cómo es que te prendes en fuego y no te quemas?
Se levantó, tambaleante, y volvió a enganchar la cantimplora a la parte posterior de su obi. Tenía que pensar muy bien sus próximos movimientos; tal y como había sospechado, Daruu no era precisamente moco de pavo. Era un adversario muy capaz al que debía tener en cuenta.
• PV: 55 (-35 PV)
• CK: 85 (+100 CK del Gobi)
• Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5, Shuriken x2
• Daños recibidos
Contacto con Kaenka: 5PV
Puñetazo: 12PV (base) - 3PV (Suika) + 2PV (Fue) - 1PV (Res) + 20PV (Kaenka): 30PV
• Daños ocasionados
-
Suika no Jutsu activado
Sin embargo, antes de que pudiera completar su plan, un intenso quemazón restalló en su mano, obligándola a soltarle en el acto.
—¡AH! —ante la estupefacta mirada de unos ojos empañados por el dolor, Ayame se vio totalmente atrapada por la visión del brazo de su contrincante envuelto completamente en llamas. Y antes de que pudiera siquiera asimilar qué era lo que estaba viendo y apartarse del peligro, una oleada de dolor y calor cruzó su rostro.
Pero cuál sería la sorpresa de Daruu cuando su brazo no encontrara la piel y carne de Ayame, sino una masa acuosa que se limitó a atravesar con una estruendosa salpicadura, como si hubiese golpeado a una catarata en realidad. El fuego acarició el agua, y como un quejido de dolor un sonido sibilante inundó el ambiente cuando parte de ella se convirtiera en vapor. La masa de agua salió despedida hacia atrás a consecuencia del golpe y terminó por aterrizar en el suelo, donde quedaría durante unos instantes como un simple e inofensivo charco de considerable tamaño. Sin embargo, conforme fueron pasando los segundos, el agua volvió a arremolinarse, plegándose sobre sí misma, hasta terminar formando el cuerpo de una Ayame que miraba a Daruu con gesto dolorido mientras se acariciaba la mejilla, en la que presentaba una quemadura.
«Es fuego de verdad.» Meditaba, abstraída por lo curioso de la situación. Ella era agua, él era fuego. Incluso sus aspectos físicos contrastaban entre sí. «Él es el sol, y yo soy...»
Volvió a ajustarse la bandana, y después aprovechó la tregua de la sorpresa para volver a beber de su cantimplora.
—¡Debería preguntarte lo mismo! —le espetó, señalándole con su mano libre—. ¿Cómo es que te prendes en fuego y no te quemas?
Se levantó, tambaleante, y volvió a enganchar la cantimplora a la parte posterior de su obi. Tenía que pensar muy bien sus próximos movimientos; tal y como había sospechado, Daruu no era precisamente moco de pavo. Era un adversario muy capaz al que debía tener en cuenta.
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☾ ~Estado de Ayame~ ☽
☾ ~Estado de Ayame~ ☽
• PV: 55 (-35 PV)
• CK: 85 (+100 CK del Gobi)
• Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5, Shuriken x2
• Daños recibidos
Contacto con Kaenka: 5PV
Puñetazo: 12PV (base) - 3PV (Suika) + 2PV (Fue) - 1PV (Res) + 20PV (Kaenka): 30PV
• Daños ocasionados
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