27/05/2015, 16:54
El shinobi de la Espiral me comentó aprovechando que estábamos más calmados, que mi adoración por los explosivos podría ofender a alguien. -Si, supongo que tienes razón. Dije con tranquilidad. -Pero es algo que es intrínseco en el mundo shinobi, al igual que las armas y los jutsus. Creo que deberías asumir que el motivo de la destrucción de la villa de tus antepasados fue la guerra. A tu hermano no se que le pasó, pero seguro que fue por culpa de alguien.
Era muy difícil defender mi postura, y menos contra alguien que odiaba abiertamente la pirotecnia de toda índole. No se si podrá algún día entender mi punto de vista. A fin de cuentas no sabe que soy poseedor del Kekkei Genkai Bakuton, y en definitiva odia lo que soy sin ser yo culpable de sus perdidas. Además mi enfado no había ayudado nada, es más, justo lo contrario. Pero parecía que no me guardaba excesivo rencor.
Masatsu aceptó el acompañarme a ver los restos de aquella montaña, quizás pensaría igual que yo, que ya que estaba aquí, ver lo único que se podía visitar medianamente. -No veo un carajo, solo sé que estaban allí. Un día en la academia se habló sobre Konoha. Se puede apreciar la silueta de dos rostros, pero al parecer en su día, hubo más. Bueno, vamos a acercarnos a ver que descubrimos.
Corrí hasta la montaña en cuestión, para llegar hasta ella me dirigí en línea recta. Saltando entre los escombros. Cuando llegué hasta la falda de la montaña canalicé chakra sobre mis píes y la escalé hasta ponerme a la altura de lo que fue antaño un par de caras. Esperé paciente a que llegara Masatsu pues quedó atrás, de mientras, observé de cerca lo que en su día fueron unos de los shinobi más poderosos de la antigua era ninja, aunque había que usar mucho la imaginación para poder discernir medianamente una cara. Pero el lugar en sí, daba mucho respeto. Lo más curioso es que desde mi posición pude ver en las ruinas algo que me llamó la atención.
"Me a parecido ver algo que brilla..."
Cuando finalmente llegó le dije sonriente. -Uchiha Masatsu, debe entrenar un poco más su velocidad punta.
Era muy difícil defender mi postura, y menos contra alguien que odiaba abiertamente la pirotecnia de toda índole. No se si podrá algún día entender mi punto de vista. A fin de cuentas no sabe que soy poseedor del Kekkei Genkai Bakuton, y en definitiva odia lo que soy sin ser yo culpable de sus perdidas. Además mi enfado no había ayudado nada, es más, justo lo contrario. Pero parecía que no me guardaba excesivo rencor.
Masatsu aceptó el acompañarme a ver los restos de aquella montaña, quizás pensaría igual que yo, que ya que estaba aquí, ver lo único que se podía visitar medianamente. -No veo un carajo, solo sé que estaban allí. Un día en la academia se habló sobre Konoha. Se puede apreciar la silueta de dos rostros, pero al parecer en su día, hubo más. Bueno, vamos a acercarnos a ver que descubrimos.
Corrí hasta la montaña en cuestión, para llegar hasta ella me dirigí en línea recta. Saltando entre los escombros. Cuando llegué hasta la falda de la montaña canalicé chakra sobre mis píes y la escalé hasta ponerme a la altura de lo que fue antaño un par de caras. Esperé paciente a que llegara Masatsu pues quedó atrás, de mientras, observé de cerca lo que en su día fueron unos de los shinobi más poderosos de la antigua era ninja, aunque había que usar mucho la imaginación para poder discernir medianamente una cara. Pero el lugar en sí, daba mucho respeto. Lo más curioso es que desde mi posición pude ver en las ruinas algo que me llamó la atención.
"Me a parecido ver algo que brilla..."
Cuando finalmente llegó le dije sonriente. -Uchiha Masatsu, debe entrenar un poco más su velocidad punta.