22/10/2016, 03:42
Entre la charla y charla, Haze echo un ojo por el sitio recostado en su puff, alcanzo a observar un relog de esos analógicos en una pared, haciendo mucha apología a los pandas, cosa que no era de extrañarse en realidad encontrándose en Kuroshiro, y observo aquel relog por unos instantes como si hubiese olvidado algo.
Y aquello golpeo su mente como si de un bloque se tratase, Hana le esperaba en algún sitio donde los pandas aguardaban, y aunque no sabía del todo como llegar, aun poseía aquel folleto que indicaba el sitio, echo mano a su bolsillo y lo saco un poco arrugado pero aun legible, poniéndose de pie alterno la mirada entre ambas féminas e hizo una reverencia.
— Esto, Muchas gracias por la Hospitalidad en su Local Katomi-Sama, ya creo es hora de ir marchando— Dijo con un tono respetuoso, inclinándose hacia ella después de todo era la dueña del sitio.
— Ha sido un honor conocerles, a ambas— Dijo esbozando una leve sonrisa.
— Igualmente Hazegawa, si te pasas nuevamente por la ciudad podrás encontrarme en la biblioteca, ¡te debo una después de todo! — Expreso Himoki, sonriendo ampliamente.
— Seguro, tratare de pasarme por ahí pronto— Dijo correspondiéndole a la sonrisa.
Al momento de alejarse del puff, aquel gorila que puso al par de tipejos en su lugar, le hizo entrega de la mochila y antes de cruzar el umbral de la entrada les hizo un gesto con la mano a modo de despedida.
Y aquello golpeo su mente como si de un bloque se tratase, Hana le esperaba en algún sitio donde los pandas aguardaban, y aunque no sabía del todo como llegar, aun poseía aquel folleto que indicaba el sitio, echo mano a su bolsillo y lo saco un poco arrugado pero aun legible, poniéndose de pie alterno la mirada entre ambas féminas e hizo una reverencia.
— Esto, Muchas gracias por la Hospitalidad en su Local Katomi-Sama, ya creo es hora de ir marchando— Dijo con un tono respetuoso, inclinándose hacia ella después de todo era la dueña del sitio.
— Ha sido un honor conocerles, a ambas— Dijo esbozando una leve sonrisa.
— Igualmente Hazegawa, si te pasas nuevamente por la ciudad podrás encontrarme en la biblioteca, ¡te debo una después de todo! — Expreso Himoki, sonriendo ampliamente.
— Seguro, tratare de pasarme por ahí pronto— Dijo correspondiéndole a la sonrisa.
Al momento de alejarse del puff, aquel gorila que puso al par de tipejos en su lugar, le hizo entrega de la mochila y antes de cruzar el umbral de la entrada les hizo un gesto con la mano a modo de despedida.