28/05/2015, 15:46
Habia pasado de ser un lunatico psicopata que piensa que todo gira a su alrededor a ser alguna especie de filosofo democratico que piensa sobre todo el mundo shinobi y lo que ser ninja incluye. Nabi estaba flipando en colores, es que vaya transformación más aleatoria habia sufrido el kusagakuriano. Pero prefirió dejarlo pasar, pero no olvidarlo, porque si le volvia a dar un brote así debia estar preparado.
El problema es cuando la gente intenta controlar algo que es incontrolable, tal como las explosiones. Son cosas de naturaleza incontrolable y por muy bueno que seas algún dia se te puede ir de las manos. Me gusta tener control sobre mis armas, no sé que pensaras tú, pero yo no me sentiria seguro usando explosiones como si tal cosa.
La verdad es que les iba a costar dejar el tema atras. Pero si habia que hablar del mundo shinobi pues se hablaba, y era obvio que como ninja no se puede dejar nada al azar y las explosiones eran demasiado incontrolables. Era una irresponsabilidad usarlas y punto. Puedes hacer lo que quieras con tu vida pero si es una imprudencia admitelo y sigue hacia delante, no intentes negarlo y vivas engañado.
Entonces soltó un parrafo sobre que no lo habia visto del todo pero que lo habia oido en la academia y veia un cacho de roca a lo lejos, así que era eso. O era una enorme montaña de mierda de caballo. Pero bueno, corrió convencido hacia dicha montaña. Nabi suspiró y le siguió. Pasando entre medio del crater como si tal cosa, madre mia que chaval, pero él le siguió sin quejarse.
Llegó poco despues que el kusagakuriano. Y se fijo en los "rostros" de los kages que una vez reinaron en Konoha. Los Konohakages. Sabia que no era así, pero era gracioso de decir, konohakages. Bueno, a lo que habia en esas rocas no se le podia llamar ni rostro ni konohakage. Eran unos mojones, mucho te tenias que fijar para reconocer algún tipo de facción medianamente humana. Como con su compañero de equipo, Kulo. Que pena que no estuviera allí para decirselo. Y que bien se lo estaba pasando él sólo con sus pensamientos.
Entonces recordó que no estaba solo, y que aquel muchacho le comentó que Uchiha Masatsu necesita entrenar su agilidad. Pues la verdad es que sí, ese maldito Masatsu es un obeso que ni puede ni quiere correr a ningún lado.
No te voy a decir que no, porque la verdad es que sí. Pero puedes llamarme Masatsu a secas. Se me hace raro que digas mi nombre entero, eso solo me lo hacen las ancianas y los altos cargos de la villa. Y no pareces tan vieja.
Su naturaleza asomaba lentamente, como el pene cuando estas con la chica que te gusta, como el chichon que le sale a un niño que se ha dado la hostia de su vida, como la mierda cuando llevas media hora apretando, como el bebe en un parto de veinte horas,...
El problema es cuando la gente intenta controlar algo que es incontrolable, tal como las explosiones. Son cosas de naturaleza incontrolable y por muy bueno que seas algún dia se te puede ir de las manos. Me gusta tener control sobre mis armas, no sé que pensaras tú, pero yo no me sentiria seguro usando explosiones como si tal cosa.
La verdad es que les iba a costar dejar el tema atras. Pero si habia que hablar del mundo shinobi pues se hablaba, y era obvio que como ninja no se puede dejar nada al azar y las explosiones eran demasiado incontrolables. Era una irresponsabilidad usarlas y punto. Puedes hacer lo que quieras con tu vida pero si es una imprudencia admitelo y sigue hacia delante, no intentes negarlo y vivas engañado.
Entonces soltó un parrafo sobre que no lo habia visto del todo pero que lo habia oido en la academia y veia un cacho de roca a lo lejos, así que era eso. O era una enorme montaña de mierda de caballo. Pero bueno, corrió convencido hacia dicha montaña. Nabi suspiró y le siguió. Pasando entre medio del crater como si tal cosa, madre mia que chaval, pero él le siguió sin quejarse.
Llegó poco despues que el kusagakuriano. Y se fijo en los "rostros" de los kages que una vez reinaron en Konoha. Los Konohakages. Sabia que no era así, pero era gracioso de decir, konohakages. Bueno, a lo que habia en esas rocas no se le podia llamar ni rostro ni konohakage. Eran unos mojones, mucho te tenias que fijar para reconocer algún tipo de facción medianamente humana. Como con su compañero de equipo, Kulo. Que pena que no estuviera allí para decirselo. Y que bien se lo estaba pasando él sólo con sus pensamientos.
Entonces recordó que no estaba solo, y que aquel muchacho le comentó que Uchiha Masatsu necesita entrenar su agilidad. Pues la verdad es que sí, ese maldito Masatsu es un obeso que ni puede ni quiere correr a ningún lado.
No te voy a decir que no, porque la verdad es que sí. Pero puedes llamarme Masatsu a secas. Se me hace raro que digas mi nombre entero, eso solo me lo hacen las ancianas y los altos cargos de la villa. Y no pareces tan vieja.
Su naturaleza asomaba lentamente, como el pene cuando estas con la chica que te gusta, como el chichon que le sale a un niño que se ha dado la hostia de su vida, como la mierda cuando llevas media hora apretando, como el bebe en un parto de veinte horas,...
—Nabi—