24/10/2016, 00:06
—Tú, escúchame por favor— Dijo con tono sereno al mudo —Se que no te agrada la idea, pero no debes preocuparte. Sólo será una noche y mañana me iré a buscar otro lugar.
Reiji no sabia que sentir. Lo insultaba, lo humillaba y se reía de él por ser mudo. Y ahora le estaba robando una de las camas por las que él ya había pagado. Y por si fuera poco intentaba calmarlo. Como si lo que estuviera haciendo fuese algo normal. Frustración. Rabia. Ira. Odio. Un amalgama de emociones que se arremolinaba en el interior de su cabeza. No pensaba dejarle dormir. No al menos tranquilo. Reiji escribió en el papel.
—Aquí está lo que pidió
Cuando termino de hablar con la recepcionista, Reiji le mostró el papel.
—No soy yo el que se debe preocupar. Mi consciencia esta tranquila. Solo sera una noche. Solo una.
Le dejo tiempo para la leerlo y se giro para subir hasta la habitación.
El lugar no era mas que un pequeño cuarto con una ventana en el centro y con dos camas. Allí estaban mas avanzados, y no se dormía de la forma tradicional, con futones, sino con un enorme colchón, cubierto por unas finas telas de color blanco y puesto sobre una estructura con cuatro patas de metal. El lugar no era nada mas, pues a parte de las camas solo había paredes y ventanas, dado que los cuartos de baño eran compartidos, y se encontraban al fondo del pasillo. Reiji se tumbaria boca arriba en la cama a esperar. Iba a ser una noche muy larga.
Reiji no sabia que sentir. Lo insultaba, lo humillaba y se reía de él por ser mudo. Y ahora le estaba robando una de las camas por las que él ya había pagado. Y por si fuera poco intentaba calmarlo. Como si lo que estuviera haciendo fuese algo normal. Frustración. Rabia. Ira. Odio. Un amalgama de emociones que se arremolinaba en el interior de su cabeza. No pensaba dejarle dormir. No al menos tranquilo. Reiji escribió en el papel.
—Aquí está lo que pidió
Cuando termino de hablar con la recepcionista, Reiji le mostró el papel.
—No soy yo el que se debe preocupar. Mi consciencia esta tranquila. Solo sera una noche. Solo una.
Le dejo tiempo para la leerlo y se giro para subir hasta la habitación.
El lugar no era mas que un pequeño cuarto con una ventana en el centro y con dos camas. Allí estaban mas avanzados, y no se dormía de la forma tradicional, con futones, sino con un enorme colchón, cubierto por unas finas telas de color blanco y puesto sobre una estructura con cuatro patas de metal. El lugar no era nada mas, pues a parte de las camas solo había paredes y ventanas, dado que los cuartos de baño eran compartidos, y se encontraban al fondo del pasillo. Reiji se tumbaria boca arriba en la cama a esperar. Iba a ser una noche muy larga.