25/10/2016, 02:17
(Última modificación: 25/10/2016, 02:17 por Amedama Daruu.)
—Discúlpame, socio —Se sobresaltó al escuchar una voz que venía de abajo, justo del vagón que acababa de abandonar, ese en el que hasta el momento no había nadie, para ser más exactos. Levantó una ceja cuando lo vio: aquél tío le sonaba de algo, y no sabía de qué. Lo había visto, eso seguro, pero no sabía dónde. Se acarició la barbilla mientras él seguía hablando—. ¿Tendrías la amabilidad de indicarme si ya ha pasado el revisor por este vagón?
Para empezar, la palabra socio le sonaba de algo. Bueno, no es que le sonase, es que recordaba perfectamente a aquella muchacha con la que había compartido una aventura algo peculiar. Pero por muy masculina que fuese Anzu, la habría distinguido de ese canalla.
No, ese hombre no era Anzu. Al revelar implícitamente su pillería —o su ausencia de billete—, Datsue había revelado también su identidad, o a al menos, le había ayudado a Daruu a recordar de quién se trataba.
—Un momento, un momento... tú y yo nos hemos visto en los Dojos del Combatiente. No me suelo quedar con todas las caras, pero por lo que me han comentado, intentaste amañar un combate, ¿no es así?
Daruu rió y desapareció...
Su voz volvió detrás de Datsue.
—Y ahora quieres amañar tu billete. Tranquilo, tranquilo, no es mi problema. Pero desafortunadamente para los dos, me parece que esto va para rato. El revisor no ha pasado por aquí desde que salió el tren, y ahora tampoco creo que vaya a pasar pronto.
»Hanaiko Daruu. Mucho gusto.
Para empezar, la palabra socio le sonaba de algo. Bueno, no es que le sonase, es que recordaba perfectamente a aquella muchacha con la que había compartido una aventura algo peculiar. Pero por muy masculina que fuese Anzu, la habría distinguido de ese canalla.
No, ese hombre no era Anzu. Al revelar implícitamente su pillería —o su ausencia de billete—, Datsue había revelado también su identidad, o a al menos, le había ayudado a Daruu a recordar de quién se trataba.
—Un momento, un momento... tú y yo nos hemos visto en los Dojos del Combatiente. No me suelo quedar con todas las caras, pero por lo que me han comentado, intentaste amañar un combate, ¿no es así?
Daruu rió y desapareció...
Su voz volvió detrás de Datsue.
—Y ahora quieres amañar tu billete. Tranquilo, tranquilo, no es mi problema. Pero desafortunadamente para los dos, me parece que esto va para rato. El revisor no ha pasado por aquí desde que salió el tren, y ahora tampoco creo que vaya a pasar pronto.
»Hanaiko Daruu. Mucho gusto.