28/10/2016, 12:39
— ¡Venga, huyamos antes de que se suba Yoshimitsu! — Comentó como broma Eri, pero Yoshimitsu estaba absorto cavilando otros asuntos en su convulsa cabeza. Pero se le pasó rápido, tan pronto Eri pronunció su inocente broma.
-Pues no le guardaría rencor si lo hiciera, yo también huiría contigo Respondió Yoshimitsu, pero le dijo de tal forma, con tanta naturalidad, que difícilmente se podría discernir si se trataba de una broma o de una verdad, o un poco de las dos cosas ¿Quien sabe?. Encima con su inexpresivo rostro era una verdadera faena llegar a conclusiones.
En otras circunstancias no tendría inconveniente...lastima...si no fuéramos de distintas aldeas...
Es broma Yoshi-san, ¿vienes? —
-¡Oh si! ¡Vamos allá! Dije enérgicamente mientras me subí al animal, situándome justo detrás de ella. Como si fuera Eri la que dirigiera la marcha, pero nada más lejos de la realidad.
Sin ejecutar ningún orden por mi parte, el animal artificial se puso nuevamente de pie, levantándonos sin problemas e iniciando seguidamente una grácil carrera sorteando toda clase de obstáculos mediante saltos y moviéndose en zig zag, árboles, rocas, fisuras en el suelo. Tenía una velocidad punta admirable, pero claro no se podía hacer milagros, no era lo mismo correr en una planicie que en el interior de un denso bosque.
El viento golpeaba nuestras caras, el pelo de Eri me golpeaba la cara pero no me resultaba molesto. Procuraba centrarme en el camino, pues al estar inevitablemente en contacto físico con Eri, no quería dar rienda suelta a la imaginación. Por lo menos no ahora...
Iré hacía allí... Pensaba Yoshimitsu, y el animal tomó dirección Noroeste, más o menos en busca del Valle del Fin. Aunque eso me hizo caer en la cuenta de algo.
-Por cierto Eri-chan, ¿Quieres ir a un lugar en particular? Pregunté antes de que nos pudiéramos alejar más de la cuenta.
No recordaba si me explicó cuando nos conocimos si se dirigía hacía algún lugar en particular. -Lo digo por si quieres que te acerque a algún sitio en particular. Le comenté.
-Pues no le guardaría rencor si lo hiciera, yo también huiría contigo Respondió Yoshimitsu, pero le dijo de tal forma, con tanta naturalidad, que difícilmente se podría discernir si se trataba de una broma o de una verdad, o un poco de las dos cosas ¿Quien sabe?. Encima con su inexpresivo rostro era una verdadera faena llegar a conclusiones.
En otras circunstancias no tendría inconveniente...lastima...si no fuéramos de distintas aldeas...
Es broma Yoshi-san, ¿vienes? —
-¡Oh si! ¡Vamos allá! Dije enérgicamente mientras me subí al animal, situándome justo detrás de ella. Como si fuera Eri la que dirigiera la marcha, pero nada más lejos de la realidad.
Sin ejecutar ningún orden por mi parte, el animal artificial se puso nuevamente de pie, levantándonos sin problemas e iniciando seguidamente una grácil carrera sorteando toda clase de obstáculos mediante saltos y moviéndose en zig zag, árboles, rocas, fisuras en el suelo. Tenía una velocidad punta admirable, pero claro no se podía hacer milagros, no era lo mismo correr en una planicie que en el interior de un denso bosque.
El viento golpeaba nuestras caras, el pelo de Eri me golpeaba la cara pero no me resultaba molesto. Procuraba centrarme en el camino, pues al estar inevitablemente en contacto físico con Eri, no quería dar rienda suelta a la imaginación. Por lo menos no ahora...
Iré hacía allí... Pensaba Yoshimitsu, y el animal tomó dirección Noroeste, más o menos en busca del Valle del Fin. Aunque eso me hizo caer en la cuenta de algo.
-Por cierto Eri-chan, ¿Quieres ir a un lugar en particular? Pregunté antes de que nos pudiéramos alejar más de la cuenta.
No recordaba si me explicó cuando nos conocimos si se dirigía hacía algún lugar en particular. -Lo digo por si quieres que te acerque a algún sitio en particular. Le comenté.