30/10/2016, 02:50
—No y sí — Respondió entonces el que debería ser Akame, con sonrisa elegante, una mezcla de confianza en sí mismo y que daba entender que era de confiar. Le devolví la sonrisa agradecido de haber dado con uno de mis compañeros de misión. A continuación me tendió la mano, algo que me sorprendió, pues por aquí no era una costumbre muy arraigada que dijéramos, lo más habitual era hacer una reverencia, aún así acepté su mano.
Imagino que tu eres Zaibatsu Yoshimitsu-kun, ¿me equivoco?
-Eso es, eso es, un placer conocerte Uchiha Akame-kun. Estoy verdaderamente emocionado de participar contigo y con Uchiha Datsue en una misión. Dije sosegado.
Al rato, vino el que sin duda, sería Uchiha Datsue, un figura al parecer, pues me hizo mucha gracia la manera con la que se presentó.
—Bueno, bueno, bueno. Pero, ¿mira quién tenemos aquí? — Me giré curioso para conocer al otro integrante de nuestro equipo y el tercer Uchiha que conocía hasta la fecha. Al igual que Akame, Datsue tenía el pelo oscuro recogido en un moño, unos ojos bastante penetrantes y como no, parecía que dar la mano era costumbre de Uchihas y claro esta, no se la negué, a fin de cuentas, me resultaba algo novedoso y agradable.
—. No os voy a engañar, chicos. No dejo de tener la sensación de que me siento un poco… estafado. Cuando me gradué como Gennin me aseguraron que ésta era la Villa con más kunoichis del mundo y que me iba a hartar de hacer misiones con bellas mujeres… —
Pues vas apañao amigo...encima las pocas que hay...son bastantes ariscas y todas muy planas......Mi cara era un libro, sin decir nada mi ojos le daban toda la razón del mundo.
—. Y en su lugar, ¿qué me encuentro? Con dos feos como vosotros — Al oír aquello me resultó gracioso, tanto, que se me arrugó la frente para contener una carcajada y devolverle el "cumplido" con otro al mismo nivel.
¡Vaya! Entonces la mala leche es algo que depende de la personalidad...pues menos mal por lo menos podremos charlar de cosas, por que Tomoe era un caso perdido...
-¡Hombre! Gracias por el cumplido. Pero oye ¿Por qué tanto interés por las kunoichis? Si una mujer sin entrenamiento ninja ya puede ser un arma mortal...Parece que no quieras vivir muchos años. Le pregunté intrigado por su posible respuesta.
Una vez las presentaciones dadas, Akame sugirió que nos pusiéramos en marcha. No tuve más remedio que asentir, pues no podía estar más impaciente por comenzar aquella misión que sin lugar a dudas sería una muy interesante aventura.
-¡Claro! Vamos allá.
No sabía exactamente como quería hacer Akame aquel viaje, de todos modos no dije nada, simplemente le seguiría. Pero suponía que optaría por la comodidad del ferrocarril.