1/11/2016, 18:39
—¡Más perdido que un Uzureño en combate, por supuesto! ¿Qué otra cosa iba a ser sino? —rio, y Daruu también rio con él, aunque a él le duró muy poco la carcajada dada el resto de la intervención del de Takigakure—. Pero ahora, cuando lo diga delante de un Uzureño resabido, me recordará el día en que uno de los suyos no perdió contra un Amegakuriense. En fin, entre tú y yo, esa frase la empleaba con los de Kusa. Pero desde que nos hicisteis el favor de… ya sabes, reducirla a cenizas, me parecía de mal gusto seguir empleándola con ellos.
—¿Tú eres un poco hijo de puta, no? —La sangre había hervido demasiado rápido. Dejó escapar un poco de aire con un suspiro y se recostó en el asiento, con tranquilidad—. Ay, lo siento. Se me ha escapado lo que pensaba.
Formuló un sello rápidamente e hizo que debajo de Datsue se levantara una tapa de madera que se abriría como una bisagra y le haría caer por la ventana del tren, si no hacía nada por evitarlo.
—Eso también se me ha escapado.
—¿Tú eres un poco hijo de puta, no? —La sangre había hervido demasiado rápido. Dejó escapar un poco de aire con un suspiro y se recostó en el asiento, con tranquilidad—. Ay, lo siento. Se me ha escapado lo que pensaba.
Formuló un sello rápidamente e hizo que debajo de Datsue se levantara una tapa de madera que se abriría como una bisagra y le haría caer por la ventana del tren, si no hacía nada por evitarlo.
—Eso también se me ha escapado.