6/11/2016, 19:44
La chica había advertido al médico que no le llorase, que eso estropearía la situación. Para éste, no había ningún motivo para llorar, después de todo no estaba triste si no mas bien lo contrario. No tenía gana alguna de llorar, mas bien quería sonreír. ¿De verdad éste chico era médico? Si no sabía que se puede llorar también por felicidad... En fin, tampoco era para apuntarle con una pistola en la cabeza y obligarlo a confesar dónde había sobornado a los profesores que lo tomaron por genin médico. Al menos no hoy, quizás otro día.
Cuando la peliblanca le preguntó por la afortunada a la cuál regalaría flores, éste respondió que no había ninguna. Pero eso no fue lo mas interesante que dijo, según argumentaba estaba allí para realizar una misión. La Sarutobi alzó una ceja, manteniendo por un instante una clara sinfonía de duda en su rostro. ¿Una misión? Antes de que ésta llegase a hacer o decir algo mas, el médico devolvió la pregunta a modo de pelota de badminton. Rápido y audaz, atacó de la misma manera que la chica lo había hecho con anterioridad.
—Pues... la verdad es que venía también por una misión. —Admitió mientras tomaba el pergamino. Justo tras ello, lo desenrolló hasta poder avistar las primeras letras. —Ostras... ni me di cuenta de que ésta misión era para dos genin. Si que ha sido una suerte... y yo una despistada por no leerlo todo... jajaja.
No tardó en resguardar de la lluvia el pergamino, volviéndolo a enrollar y guardar en el mismo sitio. Para cuando hizo ésto, un sonoro ruido parecido al de una campana resonó desde dentro de la tienda. No tardaron en prenderse las luces, así como una mano volteó el cartel que decía "cerrado", y que pasó a poner "abierto".
—Los princesos primero. —Inquirió la chica mientras daba paso al chico gestualmente así como con palabras.
Cuando la peliblanca le preguntó por la afortunada a la cuál regalaría flores, éste respondió que no había ninguna. Pero eso no fue lo mas interesante que dijo, según argumentaba estaba allí para realizar una misión. La Sarutobi alzó una ceja, manteniendo por un instante una clara sinfonía de duda en su rostro. ¿Una misión? Antes de que ésta llegase a hacer o decir algo mas, el médico devolvió la pregunta a modo de pelota de badminton. Rápido y audaz, atacó de la misma manera que la chica lo había hecho con anterioridad.
—Pues... la verdad es que venía también por una misión. —Admitió mientras tomaba el pergamino. Justo tras ello, lo desenrolló hasta poder avistar las primeras letras. —Ostras... ni me di cuenta de que ésta misión era para dos genin. Si que ha sido una suerte... y yo una despistada por no leerlo todo... jajaja.
No tardó en resguardar de la lluvia el pergamino, volviéndolo a enrollar y guardar en el mismo sitio. Para cuando hizo ésto, un sonoro ruido parecido al de una campana resonó desde dentro de la tienda. No tardaron en prenderse las luces, así como una mano volteó el cartel que decía "cerrado", y que pasó a poner "abierto".
—Los princesos primero. —Inquirió la chica mientras daba paso al chico gestualmente así como con palabras.