8/11/2016, 18:50
Aquella fortaleza era digna de admirar sin lugar a dudas, pero eso trajo consigo un dilema para el pintor que deseaba ansioso por ver sus interiores, y más aún apreciar las obras de arte que sin duda alojaría en su descomunal interior.
¡Por todos los Dioses habidos y por haber! ¡Es una oportunidad sin igual! Pensaba felizmente hasta que Akame que a diferencia de Datsue, optó por descansar y comer antes de presentarnos al señor del castillo.
—Ciertamente impresionante —concedió el de Inaka—. Creo que sería una descortesía por nuestra parte presentarnos ante el señor de tamaña fortaleza con el estómago vacío, ¿eh?
-¡Oh si! Contesté enérgico a lo primero. A lo segundo me lo pensé un poco más, inocente de mí ya pensaba en la hospitalidad del señor de aquel basto castillo, ofreciéndonos una cena digna de la realeza. Sin embargo, y siendo más sensato, Akame tenía toda la razón. Además no eran horas para presentarse ante el señor, más aún si estaba convaleciente.
-Yo opino igual que Akame.... Dije para darle autoridad, pues prefería que fuera él quien fuera la voz cantante del grupo. Aunque para mi, aquel viaje resultó más liviano que para mis compañeros, pues no solo fui transportado por mi invocación, sino que me atiborré durante la travesía por el bosque de raciones de viaje...no tenía mucho sentido llevar a cabo la misión si mis compañeros no estaban con sus facultades al máximo.
Bueno, esto es una tarea fácil...Se ve una buena taberna desde aquí Con una imponente chimenea que exhalaba una humareda digna y proporcional a la comida que se estaría preparando en sus cocinas. El olor no dejaba lugar a dudas, tanto icluso, que a pesar de estar satisfecho, se me abrió el apetito por el olor que llegaba hasta nosotros, más no quería pensar como deberían estar rugiendo la tripas de mis compañeros a los que no vi dar bocado desde que abandonamos Taikarune.
Era obvio aquello, pero aún así y dejándome llevar por mi instinto que tan bien me había funcionado desde que tenía memoria, alcé el brazo para dar prioridad a aquel lugar de entre todas las posibles opciones. -En esa taberna se debe comer como reyes, su chimenea va a todo trapo y huele que alimenta. Dije casi saboreando el aroma a leña y comida.
-¿Que me decís? Os advierto que tengo muy buen ojo para estas cosas...y para muchas otras ¡Ja já!. Dije con un tono bromista que me salía muy natural.
Sabía casi de forma instintiva que no habría objeción alguna, y bajo la seguridad que imperaba en aquel lugar, tomé de manera insólita la iniciativa y me adelanté para inspeccionar aquel edificio más de cerca. Que decir de aquello, conforme más te acercabas uno se daba cuenta que era el sitio por excelencia, pues la afluencia del ir y venir de la gente era algo a tener en cuenta. Justo al lado de la entrada del local se podía ver un pequeño establo para caballos que estaba hasta los topes. Del interior no solo se oía un millar de conversaciones aliñadas con alguna que otra carcajada de satisfacción, además sonaba la melodía de un instrumento de cuerda que a mi entender se estaba tocando con gran maestría.
-¿Entramos? Os invito a cenar si os parece...claro está... No quería poner a mis compañeros en un compromiso, pero quería entrar allí y tenía que dar un motivo de peso para salirme con la mía.
¿Y que mejor que invitarles a cenar?
¡Por todos los Dioses habidos y por haber! ¡Es una oportunidad sin igual! Pensaba felizmente hasta que Akame que a diferencia de Datsue, optó por descansar y comer antes de presentarnos al señor del castillo.
—Ciertamente impresionante —concedió el de Inaka—. Creo que sería una descortesía por nuestra parte presentarnos ante el señor de tamaña fortaleza con el estómago vacío, ¿eh?
-¡Oh si! Contesté enérgico a lo primero. A lo segundo me lo pensé un poco más, inocente de mí ya pensaba en la hospitalidad del señor de aquel basto castillo, ofreciéndonos una cena digna de la realeza. Sin embargo, y siendo más sensato, Akame tenía toda la razón. Además no eran horas para presentarse ante el señor, más aún si estaba convaleciente.
-Yo opino igual que Akame.... Dije para darle autoridad, pues prefería que fuera él quien fuera la voz cantante del grupo. Aunque para mi, aquel viaje resultó más liviano que para mis compañeros, pues no solo fui transportado por mi invocación, sino que me atiborré durante la travesía por el bosque de raciones de viaje...no tenía mucho sentido llevar a cabo la misión si mis compañeros no estaban con sus facultades al máximo.
Bueno, esto es una tarea fácil...Se ve una buena taberna desde aquí Con una imponente chimenea que exhalaba una humareda digna y proporcional a la comida que se estaría preparando en sus cocinas. El olor no dejaba lugar a dudas, tanto icluso, que a pesar de estar satisfecho, se me abrió el apetito por el olor que llegaba hasta nosotros, más no quería pensar como deberían estar rugiendo la tripas de mis compañeros a los que no vi dar bocado desde que abandonamos Taikarune.
Era obvio aquello, pero aún así y dejándome llevar por mi instinto que tan bien me había funcionado desde que tenía memoria, alcé el brazo para dar prioridad a aquel lugar de entre todas las posibles opciones. -En esa taberna se debe comer como reyes, su chimenea va a todo trapo y huele que alimenta. Dije casi saboreando el aroma a leña y comida.
-¿Que me decís? Os advierto que tengo muy buen ojo para estas cosas...y para muchas otras ¡Ja já!. Dije con un tono bromista que me salía muy natural.
Sabía casi de forma instintiva que no habría objeción alguna, y bajo la seguridad que imperaba en aquel lugar, tomé de manera insólita la iniciativa y me adelanté para inspeccionar aquel edificio más de cerca. Que decir de aquello, conforme más te acercabas uno se daba cuenta que era el sitio por excelencia, pues la afluencia del ir y venir de la gente era algo a tener en cuenta. Justo al lado de la entrada del local se podía ver un pequeño establo para caballos que estaba hasta los topes. Del interior no solo se oía un millar de conversaciones aliñadas con alguna que otra carcajada de satisfacción, además sonaba la melodía de un instrumento de cuerda que a mi entender se estaba tocando con gran maestría.
-¿Entramos? Os invito a cenar si os parece...claro está... No quería poner a mis compañeros en un compromiso, pero quería entrar allí y tenía que dar un motivo de peso para salirme con la mía.
¿Y que mejor que invitarles a cenar?